¿Por qué? Porque un consumidor te abandona en cuanto encuentra algo más barato pero un fan es fiel a ti hasta el infinito. Nadie ni nada es imprescindible, todo se puede copiar y como dice el anuncio: “busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo” y podéis estar seguros de que lo harán. O si no pensad en vosotros mismos. Todos somos consumidores y por no caminar unos metros más somos capaces de comprarle el pan al “chino” en vez de a la panadería de toda la vida. No somos fans de ese pan, nos da igual uno que otro siempre que sea barato.
Pero, ¿qué pasa con productos como el Iphone o todo lo relacionado con Apple? Sí, hay Smartphones más baratos. Sí, tienen básicamente las mismas características. Pero no son un Iphone. Los consumidores de los productos Apple son fans. Hacen cola en las tiendas nevando, lloviendo o muertos de calor porque desean ese producto. ¿Es caro?, sí. ¿Puedo encontrar algo mejor? Probablemente, pero no será lo mismo. Hasta la misma publicidad lo dice: “Si no tienes un Iphone, no tienes un Iphone”. No hay más que decir. Nosotros tenemos que conseguir esa fidelidad, esa conexión entre nuestra empresa y los clientes y ahí estará nuestra diferenciación. Pastor ha asegurado que la supremacía de las marcas se ha acabado, que la comunicación vertical ha muerto. Como hemos mencionado antes, el público elije a quién dedica su tiempo, nosotros mismos lo hacemos, nos movemos por afinidad. Ahora vas a un supermercado y hay tantas clases de cerveza que no sabes cuál escoger: que si con sabores, que si 0%, que si con limón... y hay quien sigue comprando la Cruzcampo de toda la vida, ¿es mejor? No, pero es nuestra cerveza. La campaña tan maravillosa que hizo Cruzcampo hace unos años de “hecha en Andalucía” no hablaba de la calidad de la cerveza, ni de su fantástico proceso de elaboración. Hablaba de un sentimiento, de lo que se siente cuando se bebe una Cruzcampo, de la experiencia, la pertenencia a un colectivo. Y eso es lo que diferencia a Cruzcampo o a Heineken (piensa en verde) de otras cervezas, a BMW de Skoda (¿te gusta conducir?) o a AXE de cualquier otro desodorante. Son marcas asociadas a una experiencia, una emoción.