ESPACIOS DE ENCUENTROS como PARADOJA MASÓNICA

Por Vguerra
Pese a lo que marcaron 1717 las Constituciones de Anderson sobre aquello de que «La Francmasonería tiene por fin reunir a personas que sin ella hubieran continuado ignorándose», lo cierto es que ese paradigma dentro de la estructura masónica global se cumple a medias, porque la realidad es que seguimos en líneas generales: ignorándonos pese a nuestra condición de masones. Desde que Dermott y los suyos «los Antiguos», marcaron las diferencias allá por 1751 con los que peyorativamente denominaron como los «modernos» se fue creando dentro de las nacientes estructuras masónicas un quehacer que ha ido marcando a lo largo de la historia una cierta distancia del paradigma andersoniano. antes enunciado. Y así tenemos que el Act of Unión de 1813 , que no fue otra cosa que un paso más para magnificar la distancia y la ignorancia que se estableció a modo de operatividad orgánica entre los masones, los cuales hemos seguido marcados y segregados en función de diversas directrices al uso como dogmáticos- adogmáticos; espiritualistas- racionalistas; tradicionalistas-liberales, creyentes-ateos, etc, respondiendo tanto los reglamentos y constituciones y nuestros propios comportamientos, las pautas  de una orgánica segregación. Digamos que las estructuras masónicas han grabado a fuego sobre el quehacer masónico, las distancias entre unos y otros, colocando calificativos allá donde nos los había, creando círculos concéntricos y excéntricos y líneas rojas que nunca se deben de cruzar, ya que se debe mantener por encima de todo y ante todo la segregación, curiosamente en  en función de unas determinadas concepciones masónicas. Puede entenderse que las estructuras masónicas quieran tener a su grey compartimentada en función de encuentros o desencuentros, o por cuestiones administrativas de regularidades y reconocimientos varios, por aquello de juntos pero no revueltos, y por tanto no mezclar churras y merinas, como bien expresó en su particular yihad masónica el Gran Canciller de la GLUI Derek Dinsmore:, que manifestaba que la regularidad masónica debe ser "un concepto absoluto" y llamó a los "masones de todo el mundo" a unirse en una "batalla contra la irregularidad" se entiende que Masónica. Puedo entender que eso sea necesario, y que pese a que decimos con la boca pequeña que nos recocemos como masones, eso no es más que una verdad a medias, porque la realidad es que pese a indicarlo en cuanto se puede, lo cierto es que  los masones, al menos los españoles, no nos juntamos ni para mear que dirían los castizos. Por tanto  la aseveración  de Alec Mellor de los Hermanos Separados, es una contundente realidad que recorre todo el mundo masónico, y pese a ello,  los masones de base, el pueblo masónico no ha sido capaz de crear, más allá de tibios encuentros a modo de cafés masónicos, a culturales ágoras que han terminado participando del partidismo y segregacionismo  al uso. Los masones que participamos de conceptos como la fraternidad , la igualdad y la libertad, nos achantamos frente a las estructuras y sus ukases, y  renunciamos a un hecho que debiera ser tangible ya, y máxime en el siglo XXI, como es el hecho de crear pasillos de encuentro,  o  espacios neutros de debate y reflexión conjunta, espacios en suma donde se hiciera realidad ese axioma de reconocernos como masones los unos a los otros, donde poder debatir y reflexionar en pro del universalismo del que hablamos , más allá del paradigma virtual de las redes e internet , que son un paso, aunque haya quien entienda que es una nueva torre de Babel internaútica, aunque es alentador que algunas estructuras también estén dando pasos en buscar puntos de encuentros entes tan divergentes como el GODF y la GLNF.Mientras el pueblo masónico, no haga ese esfuerzo por materializa el ser masón libre en una masonería libre, y pueda crear terceras vías de dialogo y reflexión, sin miedos o sojuzgamientos, o chantajes de todo tipo, no solo estaremos alejándonos cada vez más unos de otros, sino que estaremos traicionando nuestro discurso y la máxima andersoniana que habría esta paradoja masónica , y por supuesto cada vez más lejos del Republica Universal de los Francmasones.
Aunque tal vez el miedo consista en reconocer esa necesidad  que lleva implícito la segregación, que es lo que más asustaría 
He dicho. Víctor Guerra. MM.:.