Para empezar todos respiramos aliviados cuando supimos que Andrés Iniesta estaba en perfectas condiciones para saltar en el 11 inicial. Junto a él estaban Casillas, Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila, Busquets, Xabi Alonso, Xavi, Silva y David Villa. El mejor 11 posible que podía poner en liza Del Bosque. En frente, Suiza, una selección que a priori no debería dar muchos problemas, un combinado que precisamente no es que fuese el más peligroso del grupo.
El inicio del partido fue lo esperado, con una selección que quería jugar al fútbol, España, y otra que corría detrás del balón y se defendía como gato panza arriba. La Roja enseñaba al Mundo entero su juego de toque y posesión, y pronto pudo cambiar la cara del partido, si el colegiado Howard Webb hubiese señalado un claro penalti de Senderos sobre Silva. España dominaba pero no generaba ocasiones claras de gol, aunque bien es cierto que Suiza tampoco, ya que no salían siquiera de su propio campo.
Se intentaba pero el gol no llegaba. Villa hoy no tenía su día, estaba lejos de ser el killer que suele ser con la selección. Lento e impreciso. En estas llegó una de las ocasiones más claras del partido. Llegó tras un pase magistral de Andrés Iniesta, que encontró a Piqué dentro del área, quien tras dos grandísimos recortes chuto a portería y a punto estuvo de batir a Benaglio. Pocos minutos después fue Iniesta quién tuvo la ocasión, pero fue derribado al borde del área cuando pretendía hacer un recorte y dejar sentado al defensa suizo, quien vio la cartulina amarilla, aunque más de uno pidiese roja ya que parece que era el último defensor…
Así llegó el descanso, con España dominando, teniendo el balón, y creando alguna que otra ocasión aunque no demasiadas, y con ese penalti a Silva en el limbo. Un empate a cero muy inesperado, pero que es lo que reflejaba el marcador.
El partido debería ganarse en la segunda parte, y para ello, además del toque y la posesión, hacía falta acierto, y ese último pase que no terminaba de llegar. El caso es que parecía cuestión de tiempo que el gol llegase…y llegó, pero para Suiza. Un error defensivo, una mala salida de Casillas, y un par de rebotes afortunados para los suizos. No hizo falta más para que Nikufo hiciese el primer y a la postre último gol del partido.
Una acción bastante desafortunada que ponía a España contra las cuerdas y que les obligaba a reaccionar rápido y marcar el tanto del empate. Para ello no se debía perder la paciencia, no había que volverse loco, simplemente había que afinar un poco mas ese último pase, esos balones que no llegaban por centímetros.
Vicente optó por sacar a Navas y Torres, para quitar a un flojísimo y desastroso Busquets, y a un Silva que no pasó simplemente de participativo. Quedaba media hora, y España tenía la suficiente calidad para empatar al menos el encuentro.
Casualidad o no, con estos cambios el combinado nacional empezó a perder la paciencia, a volcarse locamente a por el gol, cosa que a punto estuvo de salir rana, ya que Suiza golpeo en el palo tras una gran jugada individual de uno de sus delantero. Entre tanto, Navas se perdía una y otra vez en amagos que no llevaban a nada, en vez de buscar centros que llegasen en condiciones a Torres, Villa o incluso a Piqué que estaba de delantero cual Alexanco… Y para colmo, Iniesta tuvo que abandonar el terreno de juego pocos minutos después de tener una gran ocasión de gol. En su lugar entro Pedro, que tampoco aportó demasiado para que su equipo lograse el empate. Navas tuvo la última, con un buen chut que rozo el palo.
Y así terminó el partido, con España derrotada sorprendentemente ante una Suiza que solo chutó 3 veces a puerta. Ahora es momento de levantarse y no venirse abajo, si ayer éramos tan buenos, hoy seguimos siéndolo. Somos unos de los favoritos y debemos demostrarlo en los dos partidos que al menos nos quedan. Si encontramos el gol, pasaremos. ¡Podemos!