Es cierto que la principal culpa del nuevo drama se debe a los gobernantes socialistas, recientemente derrotados en las urnas y expulsados del poder, que despilfarraron, corrompieron el país y lo endeudaron sin prudencia y con actitud avarienta, pero el nuevo gobierno de Rajoy ha continuado por la sucia senda de hacer pagar a las clases medias el grueso de los dramas causados por la clase política, olvidando la gran mayoría de sus promesas electorales y generando en la ciudadanía una frustración de gran calado.
España agrega su nuevo record de país europeo esquilmado a impuestos por su gobierno a otros records lamentables y dignos de vómito, como los de ser el país de mayor tráfico y consumo de drogas, trata de blancas y explotación sexual, blanqueo de dinero, número de desempleados, avance de la pobreza, crecimiento desmesurado del Estado, aumento de la corrupción pública, incremento de la frustración política, deterioro de la democracia, número de coches oficiales, mayor índice de privilegios para su casta política, mayor índice de fracaso escolar, baja calidad de la enseñanza, déficit democrático, lento funcionamiento de la Justicia, inutilidad burocrática y baja calidad en los servicios públicos, entre otros muchos.