Camarada,
Desde el mismo instante en que fue público el ataque alemán sobre Rusia, miliares de camaradas de nuestra Falange han manifestado clamorosamente su voluntad de intervención en la lucha. No se trata ya, como otras veces, de simples manifestaciones de simpatía a quienes compartieron el riesgo con nosotros en horas decisivas; encarnan ejemplarmente formas revolucionarias semejantes a las que apetecemos para nuestra Patria y sufren o han sufrido como nosotros la injusticia y el despojo. Se trata en este instante de algo más profundo y también más vivo: de sentir como rigurosamente propia la batalla que Alemania emprende contra el comunismo.
Si la finalidad última de los Movimientos nacionales es revolucionaria, es evidente que fue la presencia de otra revolución adversa, aniquiladora y negativa quien produjo en las juventudes del mundo, con la conciencia del peligro, la sensibilidad heroica necesaria para tomar su propio camino.
Es, pues, natural que la visión de ese peligro, aún vivo y encarnado en Rusia, sea el primer motor heroico que lleva a nuestras juventudes a desear frente a ellas una actitud de beligerancia más real. Rusia quiso destruir a España y la destruyó en buena parte: quiso apropiarse de ella como palanca para hacer saltar al mundo occidental y pasan de un millón los muertos que España tuvo que entregar en el rescate.
Europa entera no tendrá paz ni sosiego mientras Rusia exista ni la verdadera revolución redentora del pueblo triunfará del todo mientras persevere en las fronteras de Europa la sombra del comunismo. Tenemos que desagraviar a nuestros caídos y tenemos que asegurar la existencia de nuestros herederos. Tenemos que vengar a España y tenemos que estar presentes en la tarea, de salvar a Europa. No habrá en esto olvido alguno de nuestros caminos naturales ni de nuestros legítimos intereses, pero España hoy se limita a libertar la pasión de su juventud para que entre en la batalla preferida, en la gran Cruzada europea.
En virtud de estas razones, la Falange recoge en disciplina orgánica el voluntario entusiasmo, abriendo banderín de enganche para formar una Legión de combatientes Que habrán de luchar contra Rusia. Por todo ello, te ordeno curses a todos los camaradas militantes la invitación de participar en la lucha y abras—de acuerdo con las Jefaturas de Milicias y según las instrucciones que recibas— los Centros para reclutamiento voluntario.
¡Arriba España!El Ministro-Secretario General, José Luis de Arrese.