España: el sistema político no es democracia sino saqueo

Si alguien quiere seguir llamando democracia a un régimen cuyos políticos se han convertido en el mayor peligro para los ciudadanos y para las propias instituciones allá él, pero se estará engañando a si mismo o estará protegiendo algún interés que nada tiene que ver con el interés general.

Sólo nos quedaba la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo para confirmar que estamos más cerca de un régimen feudal con recaudador psicópata al frente que, mientras deja que roben los suyos a toneladas, coacciona, amenaza y confisca a los ciudadanos los pocos o nulos beneficios que obtienen con el esfuerzo y sacrificio de su trabajo, permite que sus cómplices de desastre, las Cajas de Ahorro saqueadas, desahucien y lleven al suicidio a los ciudadanos y por último, evita que los ciudadanos puedan manejar cantidades superiores a 2.000 euros para que los bancos sigan manteniendo el control sobre todo lo que huela a dinero y además te sigan robando con el abuso de comisiones tal y como ha sentenciado la justicia europea.

Un régimen de trileros y ladrones que es capaz de dejar que sus ciudadanos se suiciden por el agobio y la tensión que sufren no es en absoluto un régimen democrático, es una tiranía con todas las de la ley. La soberanía ciudadana no existe, en su lugar existe una mayoria tiránica que, desde el parlamento elabora unas leyes contrarias a esa soberanía ciudadana, se oponen a la dación en pago,no evitan la deuda perpetua a la que es condenado el ciudadano cada vez que lo embargan e incluso, por si no fuera bastante, lo condenan a pena de muerte incitándolo al suicidio.

Pasarán años para darnos cuenta de la verdadera magnitud de lo que nos está pasando, no es posible que esto se llame democracia y los gobernantes hayan elegido salvar a su propia corrupción y condenar a los ciudadanos. Sólo el tiempo nos hará sentir verguenza de lo que está pasando sin que nadie lo remedie, una especie de anestesia general que nos ha convertido en un rebaño capaz de dejarse quitar todo, incluso la vida, sin rechistar.

Carlos RH