España en muy mala hora

Publicado el 05 febrero 2013 por Jrvilar


«El retrete es importante porque en él están las pistas más valiosas.» [De Hitchcock.]
Me he prestado —sin pedírselo, confieso— de El blog de Alsina este símil de su blog para también hablar de España hoy. Y es que en Psicosis —de Alfred Hitchcock— Marion Crane, poco antes de ducharse y que la señora Bates la degollara en una memorable escena cinematográfica, apuntaba a mano en su cuaderno unas cuentas pero luego rasga la hoja y la tira al retrete, jalando la cadena. A diferencia de Luis Bárcenas Gutiérrez, hasta hace pocos años el poderoso Tesorero del Partido Popular (PP) español, cargo al que había sido designado por el presidente del Partido, Mariano Rajoy Brey, hoy también Presidente del Gobierno.

En enero aparece la punta de un ovillo muy enredado: De Bárcenas Gutiérrez —alejado por otro escándalo de corrupción, el caso Gürtel, de su cargo de Tesorero y después de su curul de Senador y militancia— se encontró 22 millones de euros en cuentas suizas, con origen incierto. En el siguiente capítulo se debatió si este dinero había sido legalizado en la amnistía fiscal que el Ejecutivo español decretó el año pasado para todos los infractores fiscales —el ministro de Hacienda sólo pudo afirmar que “no con su nombre” mientras el abogado de Bárcenas declaraba que sí había regularizado diez millones. De ahí, inmediato, fue la discusión si hubo una “caja B” —dineros ilegales o “negros”— en el PP: rotunda negativa de Rajoy Brey y Dolores de Cospedal García —nacida sin el aristocratizante “de” agregado luego—, máximos dirigentes del PP. Después, El País —el periódico de más circulación en España— reproducía en sus páginas hojas manuscritas de un cuaderno cuadriculado atribuido a Bárcenas Gutiérrez que en él registró como gerente —primero— y tesorero —después— del PP 18 años de pagos y movimientos contables no legales o públicos del PP —incluidos a Rajoy Brey y Cospedal García— y, a pesar de los nuevos desmentidos categóricos —de ambos— y las amenazas de enjuiciar al periódico y a otros que difundan sobre este cuaderno —de Cospedal García—, ya suenan fuertes en España las voces que piden su dimisión —aún sin solicitar elecciones, que tampoco le convendrían hoy a su principal oposición, el Partido Socialista Español (PSOE). Ya algunas anotaciones han sido confirmadas y, de plus, Bárcenas Gutiérrez ya anunció que, si iba a prisión, su notario tenía orden de dar a conocer otros documentos.En un país donde la clase política ha caído en un descrédito mayúsculo —el PP bajó de su 44,6% de votos en noviembre de 2011 a una intención actual de 23,9, a escasas décimas del PSOE, que de 28,7 entonces llega hoy a 23,5%— que, con independencia de lo que se compruebe, con mucha probabilidad hará inviable el ejercicio del poder —de fronteras adentro y en el exterior— y las imprescindibles decisiones para sacar a España de su crisis. Y ya no se habla de Cataluña…No nos queda lejos en Bolivia el caso Ostreicher. De Bárcenas y de Ostreicher, el retrete se seguirá sin descargar.