Pero mientras Andalucía construye su nuevo futuro en la mesa de negociaciones, en España crece el hartazgo y la indignación ante la profunda bajeza de Pedro Sánchez, un personaje que pasará a la Historia como el primero entre los políticos fracasados y el mequetrefe más dañino, insensato, ególatra, cobarde y miserable de muestra historia moderna.
Los barones socialistas, que ya expulsaron una vez a Sanchez de la dirección del PSOE por dañino, están de nuevo revueltos, aunque la principal enemiga de Sanchez dentro de su partido, la andaluza Susana Díaz está noqueada por su fracaso electoral en Andalucía, un fracaso cuyo principal culpable es el propio Sanchez, que está generando en toda España corrientes de rechazo y odio contra su persona inéditas y de consecuencias muy graves para lel sistema y la estabilidad de la nación.
El presidente aragonés Lambán exige al Gobierno que intervenga contra el independentismo porque amenaza «la paz» y advierte a Sánchez que no caben tratos con el secesionismo, «el disolvente más letal de la democracia». Esa palabras resumen el sentimiento dominante en España frente al loco Sánchez y de una parte cada día más importante de su propio partido.
En Andalucía, ante el peligro de que el sanchismo se apodere del socialismo andaluz, el cual, aunque derrotado, sigue siendo el más fuerte de España, ha surgido un movimiento para proteger a Susana y cerrar las puertas de Andalucía a los sanchistas. Está propiciado por empresarios andaluces, miembros del PSOE y muchos profesionales que, aunque consideran legal y quizás hasta conveniente que exista un cambio en el gobierno de la Junta, no quieren que el susanismo sucumba ante el sanchismo, que es un socialismo mucho más feroz, indecente e irresponsable.
Las huestes andaluzas de Sanchez, deseosas de apoderarse del socialismo andaluz, andan maquinando para derribar a la medio noqueada Susana, a pesar de que ellos, por la pésima imagen y el comportamiento miserable de su jefe de filas, son los principales culpables del fracaso del PSOE en las elecciones. Los sanchistas se quedaron en sus casas, sin votar, el 2 de diciembre, provocando así un notable descenso de los votos socialistas y su memorable derrota.
Sobre Pedro Sánchez puede decirse que "nunca antes nadie hizo tanto daño a España en tan poco tiempo". Gente como él son los que disparan el descontento popular y el rechazo a los políticos, un sentimiento que en España crece como la espuma y que, entre otras razones, está alimentando el fulgurante crecimiento de un partido como VOX, nuevo, fresco, limpio, valiente y veraz, al que ni siquiera logran frenar con sus mentirosas acusaciones de ser el representante de la "extrema derecha" en España.
VOX es una derecha nueva y auténtica, probablemente la primera derecha verdadera, liberal y no contaminada de socialdemocracia que existe en España en todo un siglo de política, un partido que ha sabido convertirse, por su programa y sus valores, en el beneficiario de las quejas y frustraciones de millones de españoles hartos de ser esquilmados, engañados y mal gobernados por políticos desalmados y fracasados como son los de los dos partidos tradicionales españoles, PP y PSOE, los cuales, unidos en alianzas con el indecente nacionalismo independentista vasco y catalán, han construido la España sucia e injusta de la actualidad.
Pagaremos muy caro la bajeza de Sánchez, sobre todo por el desprestigio que provocará en sistema políticos español, que habrá demostrado con claridad que, gracias a sus deficiencias y miserias, un tipo tan irresponsable y pobre de espíritu y de mente como Sánchez, ególatra y ajeno al bien común, puede llegar facilmente al poder y conducir a sus país hacia el matadero.
Tipos como Sánchez generan tanto rechazo y odio a los políticos en la ciudadanía que la reacción lógica es votar masivamente a partidos distintos, con tal de que sean radicales, veraces, atrevidos, diferentes y alejados de la política tradicional.
Francisco Rubiales