¿Qué está ocurriendo en España, un país extraño que sorprende al mundo porque los españoles siguen soportando la ignominia y el abuso de sus clases dirigentes sin rebelarse, sin alzarse contra la inmundicia, como hicieron el 2 de mayo de 1808 cuando arremetieron contra las tropas de Napoleón, a las que identificaban con la opresión.
Un país con mas de 6 millones de desempleados en el que la desesperación, la pobreza, la desconfianza y el odio a la clase política avanzan cada día mas, dominado por un par de grandes partidos políticos (PP y PSOE), cuyos historiales judiciales, con mas de 2.000 casos de corrupción y abuso de poder abiertos o investigados, les asemeja mas a grandes bandas de malhechores que a agrupaciones democráticas, debería ser "rescatado" por las democracia libres de Occidente y sus clases dirigentes, manchadas y cargadas de indignidad, deberían ser repudiadas o por lo menos combatidas como lo fueron en el pasado las dictaduras de Hitler, Musolini, Stalin, Ceaucescu y otros sátrapas de triste memoria.
España es hoy un asunto que compete al Tribunal Internacional de Justicia.
¿Es que acaso les faltan pruebas que demuestren que el pueblo español es rehén de una casta atrincherada en el poder que desprecia el interés general y el bien común y que sólo se dedica a controlar el poder, a exprimir a la nación y a subyugar a los ciudadanos?
La única explicación seria, lógica y hasta científica de lo que ocurre en la desgraciada España es que el general Franco nunca murió y que sigue vivo, dando órdenes, en la Moncloa, la Zarzuela, las Cortes y otros centros vitales del poder. Cualquier otra explicación del drama de España es incompleta, insuficiente e ilógica. El problema es que muchos creemos que el dictador nunca se habría atrevido a llegar tan lejos como sus descendientes de la falsa democracia.
Hay muchas cosas que han cambiado en apariencia, pero la realidad es otra muy distinta: desde la muerte del general, en España únicamente han cambiado el uniforme de los policías, que antes era gris y ahora azul, el nombre del régimen, que antes era una dictadura y hoy, sin serlo ni merecerlo, se llama "democracia" y la concesión a los ciudadanos de una libertad de expresión que, en realidad sólo sirve para ladrar en Internet porque las opiniones del ciudadano no cuentan en la vida real y los grandes medios de comunicación están bajo control férreo de los poderosos de siempre, de las mismas familias que mandaban en el Franquismo, miembros de aquellas castas que desde los tiempos del Imperio creen que el Estado les pertenece a ellos.
Hay muchos españoles que estamos en la resistencia y que vivimos una vida aparentemente libre, pero que en realidad se parece mucho a la que vivían aquellos disidentes soviéticos que se sentían cada mañana impotentes frente al inmenso poder del gobierno y del partido comunista. La única esperanza que tenemos es que cada día seamos mas y que algún día podamos alzarnos contra la ignominia. Hay otra salida, pero ni siquiera nos atrevemos a soñarla: que Europa y el mundo libre se den cuenta que España es una dictadura en manos de gente peligrosa y que se planteen una "cruzada" contra la opresión que anida en este pobre país.
Si no se convencen y creen que este análisis es exagerado, que lean la prensa española cada mañana, que escuchen a los tertulianos sometidos al poder engañando a la ciudadanía, que hablen con cualquiera de los escasos jueces decentes del país o que miren con lupa el patrimonio de los políticos y de sus amigos y testaferros, donde descubrirán que decenas de miles se han hecho millonarios con los cientos de miles de millones de euros que han sido robados y saqueados.