España, hoy por hoy, no tiene arreglo

Por Javier Martínez Gracia @JaviMgracia
   No hay nada que hacer. Las bases de votantes de eso que se conoce como “la izquierda progresista” es inamovible. ¿Que el presidente haya alcanzado el poder contradiciendo, al día siguiente de las elecciones, sus propias manifestaciones sobre con quién iba a pactar o sobre su pretendida voluntad de volver a llevar al Código Penal los referéndums ilegales? DA IGUAL. ¿Que su socio principal, Podemos, sea un partido comunista, cuya referencia más inmediata ha sido desde su origen la Venezuela hoy de Maduro, cuyo líder Pablo Iglesias dejó dicho que “la caída del muro de Berlín fue una mala noticia” (ver vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=2kZ_Mtgtznc ) y cuyo codirigente y ministro del nuevo gobierno, Alberto Garzón, se fotografíe con camisetas en las que se exhibe el logo de la República Democrática Alemana (ver foto)? DA IGUAL, aunque no exista ni un solo ejemplo de que las políticas de los partidos comunistas no hayan conducido a los pueblos por los que han pasado a la catástrofe social, política y económica ¿Que para gobernar Sánchez tenga que contar con el beneplácito del grupo heredero de ETA, a cuyo frente está una persona condenada por explosión en una gasolinera, robos a mano armada, asaltos, secuestros, apología del terrorismo, inducción a la violencia, pertenencia a ETA en grado de dirigente… más lo que no se sabe, y de nada de lo cual se ha arrepentido, sino todo lo contrario? DA IGUAL. ¿Qué se haya cedido en todas las exigencias de un partido golpista como ERC, cuyo dirigente máximo está en la cárcel por protagonizar un golpe de Estado y cuyos presupuestos incluyen, efectivamente, el deseo de destruir este Estado, el de los españoles, al cual odian? DA IGUAL.          Lo que pase con España, el país en el que estos “progresistas” viven, trabajan, desarrollan sus proyectos de vida… LES DA IGUAL (no hay ningún otro país del mundo en el que sus habitantes, excepto quizás los más primarios y bárbaros, no se sientan vinculados con la colectividad a la que pertenecen). Que en un tercio de España no se pueda estudiar en español, el idioma en el que hablan 572 millones de personas, y se esté obligado a hacerlo en idiomas regionales que inevitablemente están condenados a desaparecer a medio plazo… LES DA IGUAL. Que el país se deshilache en las mil maneras posibles de clamar imperativamente que “Mi pueblo existe” o “¿Qué hay de lo mío?”, LES DA IGUAL.    Todo lo cual correlaciona y queda reforzado por un discurso elemental, aunque a la vista está que también efectivo, consistente en que al otro lado lo que hay es una derechona fascista, que por si fuera poco es fascista y apesta, además de que es fascista y franquista y, por si fuera poco, mataron a García Lorca. Y son fachas. No hace falta mantener ningún rigor, ningún conocimiento mínimamente sustentado, no hace falta escuchar lo que diga el “enemigo”, al que se repudia con histerismo en cuanto empieza a hablar (si es que se le deja empezar). Solo hace falta tener suficientemente lleno el depósito del rencor para que el discurso “progresista” venda todo lo que quiera vender. Desde luego, y por ejemplo: que son preferibles los comunistas, terroristas o golpistas a esa odiosa derechona constitucionalista. Y, por tanto, facha.    Muy difícil de sobrellevar la convivencia con una ciudadanía tan pavorosamente descarrilada. Y hoy por hoy, son mayoría.