España le debe una a la radio (Censura del fútbol español a las radios)

Publicado el 29 agosto 2011 por Nandreu
Hace 30 años una imberbe democracia española veía como un teniente coronel de la guardia civil, Antonio Tejero, propinaba un golpe en la mandibula al principal estamento político del Estado. Un golpe de estado, el 23 de febreo de 1981, que ponía en jaque al país durante bastantes horas. Los guardia civiles tomaron TVE, evidentemente no existian telefonos moviles (en algunas casas ni siquiera había fijos), ni internet, asi que el único medio para que millones de personas, con el corazón en un puño, pudieran seguir los acontecimientos era a través de la radio. Y la radio no les falló.
Decenas de medios de comunicación se agolparon en el congreso, para seguir la noticia y para apoyar a la joven democracia española. La gente en sus casas, pendiente de los transistores, escuchaba las crónicas de Hora 25 en la cadena SER, con un joven José María García, que vencía a su pequeña estatura, subiéndose encima de la unidad movil de la emisora de la Gran Vía, relatando los acontecimientos sin respiro. La radio estuvo ahí, no siendo un mero transmisor, sino demostrando a los golpistas que España quería una democracía. Ese fue el papel fundamental de la radio y por el que muchos españoles, a diferencia del resto de Europa, siguen apostando por este medio como un canal que aporta credibilidad y cercanía a los oyentes.
Sólo así se entiende que en los últimos años haya un 'star system' en la radio que haya suscitado debates, noticias en prensa y televisión, llevando a sus periodistas hasta los altares o los infiernos y encumbrando sus emisoras como poco menos que un factotum de como se tiene que conducir una vida. Así, una gran mayoría de la sociedad sabe quienes son y quienes fueron Encarna Sánchez, Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo, Paco González, Manolo Lama, José Ramón de la Morena, Julia Otero, Javier Sardà... y tantos otros que bien hicieron reir, como Gomaespuma, nos pusieron al tanto de los últimos éxitos musicales, como Fernandisco o tratan de mantenernos informados o desinformados, dependiendo el criterio del oyente.
El star system sigue ahí. Sin embargo, la radio vive momentos duros. La publicidad se agota por la crisis económica. Los pocos que contratan espacios publicitarios, a veces no pueden pagarlos y colosos de la comunicación local y nacional se desangran. La Cadena Cope a punto estuvo de agonizar hace un año, de hecho se vio obligada a hacer un ERE brutal, el mismo que prepara la Cadena SER, que tiene en vilo a centenares de familias. Un desastre que no es más que otro ejemplo del maltrato que sufre el periodismo en España.
No obstante, ajenos a estos vaivenes los ciudadanos siguen escuchando la radio y la eligen, aún por delante de internet, para informarse. Por encima de todo, los oyentes eligen la radio para estar al tanto de la información deportiva, bueno, más bien de la información de su equipo de fútbol. El deporte, una válvula de escape para huir de la actual situación de melancolía que produce la crisis con la que banqueros, políticos y empresarios han tenido a bien en obsequiarnos.
Pues bien, una gran mayoria de la población estaba esperando la Liga de futbol, y de ese grupúsculo un número escandaloso de ciudadanos ansiaba con escuchar su programa deportivo favorito. Porque, para muchos, no es fin de semana sin poder escuchar Carrusel, Tiempo de Juego, Tablero Deportivo o las retransmisiones que centenares de emisoras locales realizan con muchísimo esfuerzo, de los equipos de su ciudad.
Este fin de semana, esos clubes de futbol que tanto veneran han prohibido a los periodistas radiofónicos que retransmitan el futbol desde su tribuna en las decenas de campos de España. La radio no ha muerto, porque estos magos del micrófono han trabajado para no defraudar a su audiencia. Algunos han tenido que visitar el bar, otros buscar a un amigo que les dejase entrar en su palco privado, los hay quienes incluso se han colado en los campos, resigandos otros han sacado sus entradas para poder informar... No han callado ni callaran a los medios de comunicación. No lo harán con una radio que no conoce la palabra censura. No está en su credo.
La LFP se defiende bajo el manto de Mediapro, propietaria de los derechos y quien ha demandado cobrar ese cano a la radio. Cobardes. Ceden al chantaje de una empresa que está vaciando los campos de fútbol y que sólo genera dividendos hacía dos equipos, FC Barcelona y Real Madrid, desvirtuando cada vez más una competición camino de ser caduca y vedada para unos pocos afortunados. Una lástima de dirigentes que tenemos en el fútbol español.
Cobrar un canon a las radios por asistir a los acontecimientos futbolisticos es una aberración. Un servicio público como es la radio no puede enfrentarse contra ese cortapisa y mucho menos en la actual situación económica. Afortunadamente los medios de comunicación se han unido. No han cedido al chantaje de los cobardes y rastreros que comandan y estan destrozando a pedazos el fútbol español. Nadie pagó y la emisora que tenía derecho a entrar a los estadios, Catalunya Ràdio, se negó a hacerlo en solidaridad con los compañeros.
Las radios pues, se mantienen firmes y unidas. Este fin de semana no hay fútbol. Unos días de tregua. Pero, no se van a quedar quietas. Van a luchar como siempre lo han hecho. Eso sí, el medio que en una ocasión fue el garante de la democracía, por encima de otras figuras de escayola que se limitaron a recitar unas palabras vacías va a seguir peleando. Hay que tenerlo en cuenta. La radio no es sólo futbol o deporte, pero si lo es una parte importante de ella. Así como sin radio el fútbol no sería lo que es ahora. Carrusel Deportivo hizo rentable, en su día, este negocio gracias al resugimiento de las quinielas debido a su imaginativa forma de entender el deporte. Que nadie se olvide.