El problema de fiskear a Roberto Centeno es que no se le puede desmentir. Los pocos datos que afirma con su cómica rotundidad son, en este caso, correctos. El problema es que de ellos deriva conclusiones que están a años luz de esos mismos datos. Y Centeno los hila igual porque simplemente le da la gana hacerlo. Así, un diferencial de renta media de España respecto a la CEE que baja de 1975 a 1985, lo interpreta como una "traición" de "los políticos". El juicio moral a la generación de políticos de la Transición aparece como explicación total de una extensísima gama de problemas que venía arrastrando la economía española.
Recapitulo: me estoy refiriendo a lo que el señor Centeno escribe por aquí, que es lo mismo que escribía hace cinco años por acullá. La manida técnica de la imprecisión en los datos ("unos años después", "el PIB oficial es falso", "borde del colapso", "hundimiento económico") hace que sea muy difícil, por no decir imposible, contradecir (o no) lo que está diciendo. Algo que por cierto, no nos preocupa porque el señor Centeno tiene a su público, pero sí nos sirve para contraponer otra versión de la historia.
Ya sabéis cuál es mi opnión sobre las consecuencias de meter a España en la UE —por cierto, un proyecto al que los gobiernos franquistas siempre aspiraron, cosa que el señor Centeno no cuenta—. Dicho esto, mi opinión no debe influir (mucho) en presentar los datos. Los datos son datos, las interpretaciones vienen después.
La crisis setentera
Centeno viene a decirnos que a partir del día en que desapareció el fresco general proveniente del noroeste, todo se fue a hacer gárgaras. Permítanme que huya de las explicaciones totales a partir de un solo factor. Permítanme también poner en duda la gestión económica de los últimos gobiernos franquistas. Coloquemos sobre la mesa una serie de problemas arrastrados y no resueltos debido precisamente a que la Transición tuvo más de reforma que de ruptura: problemas relacionados con la falta de cultura financiera de los españoles, problemas relacionados con el estado social corporativo (la famosa mesa de diálogo social), problemas económicos inmediatos que se dieron precisamente durante los años de la Transición.
Detengámonos en este último punto. Enrique Fuentes Quintana aparecía en la tele explicando qué era la inflación. En 1977, la inflación española estaba en el 26%. Si hay que encontrar una causa de esta inflación disparada —que hizo coincidir una crisis económica del copón con el proceso de reforma política más complicado desde el año 38, cuando un grupo de colegas se inventó un país nuevo— la podemos hallar en la subvención a los precios de la cesta básica de la compra y de los combustibles. Fue en los últimos años del franquismo en que la intervención de precios cobró tintes rocambolescos. Tras la crisis del petróleo en el 73, se disparó el coste de las importaciones de petróleo, pero el litro de gasolina seguía teniendo más o menos el mismo precio de venta al público. ¿Cómo se financió este sobrecoste? Con deuda. ¿Qué decía y dice el manual sobre pagar deuda pública? Inflación. Si tu moneda vale menos y tienes que pagar lo anotado en una libreta, te costará menos. Al estado le salían las cuentas, pero la inflación toca a todo el mundo: los precios de todos los productos se dispararon y al campesino estándar le quedó menos dinero en el bolsillo. Caída de la renta disponible. Crisis setentera de libro. Como en el Reino Unido, por cierto, que en 1976 fue intervenido por el FMI, cosa que tampoco nos cuenta Centeno para no embadurnar con la molesta realidad su relato fantástico.
Subdesarrollo
El punto más importante que defiende este catedrático se centra en la renta respecto a los países de la CEE (pues toma como punto de comparación el año 75, año taumatúrgico y pivotal de la historia de España para quienes no les importa la historia de España o para quienes la cuentan como les da la santa gana).
Dice el amigo que en el 59 la renta española era el 55% de la media de los nueve países de la CEE (los nueve que había en el 75) y a eso le llama renta "propia de un país subdesarrollado". Bien. El 55% de la renta actual de esos países está en 28.000 dólares. Es decir, para Centeno Corea del Sur es un país subdesarrollado. Ok.
Desigualdad de ingresos
Preocupado por la desigualdad de ingresos, nos advierte este señor que en 1975 el 10% de la población acumulaba el 26% de la riqueza y que hoy el 10% acumula el 48% de la riqueza. Nuevamente, este resultado no se debe a que a España la "traicionaron" "los políticos". El aumento de la desigualdad de ingresos ocurre a partir de los años 70 en todas las economías desarrolladas. Cuanto más aumenta la renta disponible en un país, más aumenta la desigualdad de ingresos. Este fenómeno está estudiado y se llama "gran divergencia" (término que debemos a Paul Krugman).
Si el aumento de la desigualdad fuera algo "malo" sin fijarnos en nada más, Estados Unidos sería hoy un erial. En 1967, el 5% más rico de los estadounidenses disponía de un ingreso medio de 89.000 dólares, en 2003 eran 154.000. El aumento fue del 74%. Esto lo comparamos con el 20% más pobre, que pasó en el mismo periodo de 14.000 a 18.000, es decir, un 28%. Los más pobres aumentaron su poder adquisitivo, lo que ocurre es que los más ricos lo aumentaron mucho más. Como dije, este fenómeno se llama "gran divergencia" y ocurre en todos los países desarrollados. España, nuevamente, no es una excepción a esta norma. A ver si empezamos a dejar de tratar a España como un bicho raro, cosa que tanto les gusta a los bocazas (no digo que el señor Centeno sea un bocazas, aunque puede que lo piense, eso ya es cosa mía).
Incremento de renta
Yo mantengo que la incorporación a la UE y la Transición no fueron cosas inocentes (hay víctimas, opacidad, mentiras y no se airea el tema, cosa que no me parece bien), pero de ahí a afirmar que justo tras la muerte de Franco España se fue a la mierda, dista un mundo. España, pese (o gracias) a "los políticos" lo ha hecho relativamente bien. Digo "relativamente" porque no sé muy bien con qué nos debemos comparar. Si nos tenemos que comparar con el grado excelente, sería con Alemania, pero en ese caso lo hemos hecho impresionantemente bien, cosa que no me cuadra, claro que hay que tener en cuenta que por el camino aparecieron 16 millones de alemanes que vivían en un gigantesco estercolero.
Así por ejemplo podemos comparar los incrementos de las rentas per cápita de España y Alemania entre 1970 y 2001. En el caso alemán se pasó de los 11.700 dólares a los 21.400. En el caso español se pasó de los 7.000 dólares a los 15.200. Es decir, Alemania tuvo un aumento del 200% y España del 250%. Si miramos la tabla de países de la UE del 2001 (la UE-15) podemos ver que a España sólo la superan Finlandia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal. Ciertamente la medalla de oro se la lleva Irlanda (460%), que durante estos años dejó de ser un patatal inmundo para llegar a convertirse simplemente en un país mediocre e irrelevante.
Conclusión
Hoy el PIB per cápita de Irlanda es un 29% superior al nuestro, pero como el PIB oficial es falso y está sobrevalorado en un 30%, la realidad es que la renta per cápita española sería un 46% inferior.
Roberto Centeno, lol
España aparece en la Transición con una crisis económica del copón que comparte con otros países de su entorno. A su vez, como el resto de países, arrastraba problemas particulares: las regalías públicas del último franquismo que contribuyeron a disparar la inflación, sobre todo en lo que se refieren a importaciones petroleras, continúa siendo una cuestión muy delicada en lo que afecta a nuestra economía (deberíamos estar haciendo agujeritos en todas nuestras costas o algo similar). Otros problemas ya mencionados como el corporativismo (la negociación de los convenios, el poder sindical y patronal) son herencia directa del franquismo. En este caso sí que los políticos de la Transición cometieron graves errores al no transformar la negociación laboral franquista. El patrimonio y presencia del Sindicato Vertical, pasó a manos de los sindicatos del PCE y del PSOE, la influencia de la patronal en la legislación se mantuvo intacta. Todos contentos. Es sin duda muy fácil decir ahora lo que se hizo mal en aquel entonces. Pero en lugar de jugar a las ucronías podríamos participar en el proceso público para tratar de cambiar hoy lo que pensamos que hoy está mal.
No quiero irme sin insistir en la idea de que España no es un país "traicionado" o con una especie de maldición gitana encima de la cabeza. La perspectiva histórica de los últimos 40 años es francamente positiva. Aunque siempre habrá críticas nostálgicas ("no se puede pasear de noche sin que te atraquen"). En este punto, es gracioso recordar que la izquierda secesionista y la derecha social comparten la idea de que España "está mal hecha". Pues no, no está mal hecha, España es un país normal, con problemas gravísimos, pero en general normal. Cosa que de la que da fe cualquier viaje al extranjero.
Lo dejo aquí. Me imagino que todo esto es parte de una conversación más larga que continuaremos en el futuro.
Referencias:
- Crecimiento y convergencia en la UE [PDF]
- Timothy Noah - The Great Divergence [PDF]