El PSOE es ahora, más que nunca, una inmensa asociación de malhechores, la segunda organización más condenada por delitos en los tribunales españoles después de ETA. El gobierno que ha constituido es un drama no sólo porque ha situado a los comunistas en el consejo de Ministros, sino porque ha situado en el corazón del Estado, como aliados, a la escoria política y moral de la nación, golpistas e independentistas catalanes y vascos y amigos del terrorismo asesino.
En cualquier país decente y democrático, el PSOE, después de este aquelarre de delincuentes, quedaría tan herido que tendría que desaparecer. Pero en España, increíblemente, ni siquiera se tambalea y has podría repetir con una nueva legislatura en el poder.
Aunque nadie lo admita y ellos disimulen con la ayuda de los periodistas y medios comprados, el PSOE saldrá hecho trizas de este mafioso y decadente mandato.
Algunos alegarán que la derecha del PP también es terrorismo puro por su corrupción persistente y por sus reiteradas traiciones a sus electores, pero hay que reconocer que esa derecha no ha llegado tan lejos y que no se ha atrevido a aliarse, como hace el PSOE, con los enemigos declarados de España, a los que ha introducido miserablemente en el corazón del Estado.
Entre juzgados, acusados, investigados y condenados, son ya miles los socialistas inmersos en el delito y en sus aledaños, sin contar los miles de políticos y ex políticos socialistas incapaces de justificar sus abultados patrimonios.
La gran pregunta es ¿Debe dimitir Pedro Sánchez ante el desastre moral de país que él ha construido?
La dimisión sería obligada y fulminante, por ser el máximo responsable del desastre español, pero no paga factura alguna por sus suciedades porque la España que han construido el PSOE y el PP desde que murió Franco se parece a un refugio de piratas y es el mayor y más indecente paraíso para políticos delincuentes existente en Europa y uno de los mayores de todo el planeta.
España se cubre de oprobio ante el mundo con su mediocridad política y sus delitos de Estado, que desprestigian la nación en el plano mundial y fortalecen la rebelión de los catalanes, que podrán decir con cierta razón que huir del Estado de España está justificado porque lo han convertido en una cueva de abusos y suciedades.
Aunque sería injusto cargar las tintas demasiado contra el PSOE a la hora de hacer el balance del desastre español porque la derecha es igualmente culpable por su corrupción y engaños y traiciones a la ciudadanía, también hay que recordar que el PP nunca llegó tan lejos en su tarea de demoler España.
La verdad es que entre unos y otros han desgraciado el país, que tardará años en reconstruirse, si algún día logra expulsar del poder a los que controlan y prostituyen el Estado.
Francisco Rubiales