Desconocedores de lo que la democracia significa y exige, los políticos españoles se consideran con derecho a callar ante los medios de comunicación, cuando en democracia están obligados a responder porque el periodista pregunta en nombre de una ciudadanía que tiene derecho a saber.
Pedro Sanchez, secretario general de un PSOE dividido, acaba de rechazar una pregunta sobre si se siente mas fuerte tras recibir el apoyo de Felipe González. El joven socialista se cree con derecho a guardar silencio, pero no lo tiene. La incultura democrática y el desconocimiento de las normas y exigencias de ese sistema son terribles en España.
La misión de la prensa en democracia es doble: informar a los ciudadanos con claridad e independencia y fiscalizar al gobierno y a los políticos en general.
El colmo de la desfachatez política y de la anti democracia mediática en España es la convocatoria de ruedas de prensa sin preguntas. Los periodistas están reunidos, llega el político, lee un texto y se niega a responder preguntas. Los periodistas aceptan ese juego sucio, cuando deberían abandonar la sala y negarse a cubrir esa información porque el método utilizado carece de garantías democráticas.
En las democracias avanzadas, la obligación de responder a la prensa es siempre respetada. Cuando un asunto es delicado o está sujeto a secreto, el político responde con un "No coment" (No hay comentario), pero el silencio tiene que estar muy justificado y no es admisible esa negativa a responder, tipicamente española.
Cuando un periodista americano pregunta sobre algo que, en su opinión, tiene interés para la sociedad, emplea ante su interlocutor la fórmula "El pueblo quiere saber" y el interrogado se siente obligado a informar a esos ciudadanos que allí si son respetados por ser los "soberanos" del sistema y los que pagan los sueldos.