De qué sirve descubrir tantos chanchullos financieros y "robos" a destajo si no sirve de nada. Los expolios sufridos en las "cajas" y otras muchas empresas "públicas", en donde la mano de los políticos queda salvaguardada y enguantada por el encorsetado y protector enmarañamiento que evitará el contagio de una enfermedad que al parecer no tiene cura, y el solapado obligado por los pactados "descubrimientos" si se diese el caso, a cubrirse entre unos de un signo y otros de profundo calado entre una bandera con el cruce de dos tabas, produciéndonos un vomitó pertinaz, constante y voluntarioso por seguir provocándolo, cada vez que sea necesario, para que al menos lo corrompido que pueda olerse de nuestro total rechazo les pueda afectar en algo, tal les llegue a esos "intocables", "mierdas" y "miserables" estafadores y prevadicadores, que se han aprovechado de sus cargos, penalizando con sus "mordidas" a los que más necesitaban de su ecuánime administración para no verse más empobrecidos y mancillados por una crisis económica y de fe en las instituciones que todavía se resiste a abandonarnos, inoculándose en las arterias una indetectable rabía.
Se dice, y estamos obligados a reafirmarlo, que hay que respetar las decisiones judiciales y a ellas en recurso de amparo, hay que remitirse nuevamente cuando consideramos que no ha sido lo suficientemente apropiada en su valoración material, tiempo a penalizar y lugar en donde purgar para satisfacer el dolo y el mucho mal producido, pero qué hacer también, nos preguntamos, cuando la lentitud, sospechosamente lenta, calma, moderada y "comprensiva" se introduce en la emisión de una instrucción que adolece de un efecto "vacacional" o "invernadero" en las causas, lo que obligaría a intervenir a un equipo de expertos, si existiese, con la urgencía debida para corregir tales muestras de desidia, parcialidad y negatividad que pone en la brecha la mecha que puede originar una explosión de dudas, siempre a demostrar, que afectan dura y perjudicialmente los intereses de quienes son más proclives a no hallar defensa que les atienda en condiciones extremas, susceptibles de consideración, desagravios y compensaciones.
Existe en el diccionario del derecho la palabra indefensión : "Situación en que se deja a la parte litigante a la que se niegan o limitan, de modo ilegal, sus medios procesales de defensa". Y eso sucede cuando se deja libre a un violador múltiple y reincidente, cuando a los políticos se les deja corriendo por los descampados de la tolerancia y sin demasiada prontitud a satisfacer sus penas en las celdas abiertas de sus castigos por "negocios" fraudulentos y fracasados, permitiéndoles la dedicación de trabajos sociales que poca o ninguna confianza alguna nos merecen, así como la consideración, demasiado comprobada ya, que se les otorga a los corruptos y corruptores que siguen disfrutando de sus posesiones que han sido embargadas y por alguna razón, también con demasiada celeridad y frecuencia ya no están en la sombra ni ocupan reja entre reja. Y así podríamos aburrir a nuestros lectores con una inmensidad de ejemplos que hundirían la flotilla de la frustración de una información exhaustiva.
Se dice que legislar en caliente es un mal que empeora la corresponsabilidad, y que más vale un reo en libertad que tener una simple incerteza de su inocencia, pero que se dice para aquellos que han sido pillados con las manos en la masa, criminales con la sangre en sus manos y mil testigos de sus andanzas, a los reincidentes que no se apean de sus cabalgaduras de maldad y se reservan plaza en una pensión con cama, patio, deportes, juegos, piscina y tres comidas al día, que pagamos todos con nuestros impuestos y mucho chitón para que no nos confundan como asociales, xenófobos o terroristas de un sistema que sin más complejos pretende ser el ejemplo de un mundo feliz.
Así qué, señores que quieren derogar lo inaplazable para ser cumplido por la Justicia en materia de prisiones, con las víctimas y los damnificados, sus condolencias las justas, pues el horno de la comprensión de sus "libertades" por opinar con todo derecho, no tienden a "enfriar" con sus consejos todo lo que piensan en el fondo de su corazón y padecen los afectados.