No se merece las vacaciones, ni el dinero público que gasta, ni un sólo euro de nuestros impuestos, ni siquiera el respeto de un pueblo al que ha empobrecido y humillado. Sus vacaciones, pagadas con dinero público, son una humillación intolerable para una España que debe aprender a ser exigente con sus políticos, a controlarlos, a castigar sus desmanes y a evitar que en el futuro vuelva a ser gobernada por un discapacitado.
Derrotado, rechazado por los españoles y repelido por su mismo partido, al que también ha conducido hacia el desastre, Zapatero, el peor gobernante de la historia moderna de España, después de Fernando VII, está descansando en el Coto de Doñaña para vergüenza de los españoles, que en lugar de pagarle las vacaciones deberían hacerle pagar sus errores, desatinos y liderazgo destructivo, disgregador y empobrecedor.
Las vacaciones del inepto, oficialmente, nos costarán unos 200.000 euros, pero como sus cifras están basadas siempre en la mentira, seguro que costarán más de un millón, acelerando así la ya inminente ruina española.