Los ciudadanos han perdido la confianza en sus gobernantes y en el mismo sistema, lo que deslegitima a la clase política.
Los partidos políticos, principales focos de la corrupción en España, protegen a muchos de sus corruptos presentándolos en las listas electorales para que sean diputados y senadores, oforándoles y dotándoles de un nada despreciable blindaje ante la justicia ordinaria.
Sin embargo, la mayoría considera que los españoles son muy o bastante tolerantes con la corrupción, nos encontramos que en un país en el que la corrupción está poco penalizada en las urnas.