Desde la ilegalidad no se puede construir nada que aspire a legitimidad
(El País 21 JUL 2015)
La ilegalidad no proporciona legitimidad, por más que sus promotores se encuentren con una victoria electoral en el camino. Los atajos o los fraudes de ley son inadmisibles, sean normas transitoriaso propuestas para desconectarsede la legalidad española que lleven a la ruptura constitucional. Lejos de reducirse a un problema formal o una preocupación juridicista, el fondo del asunto es el necesario respeto a la ley que caracteriza a las sociedades civilizadas.La dinámica en que Artur Mas lleva embarcado desde 2012 —cuando perdió respaldo electoral tras anticipar los comicios en más de dos años— se ha basado en la creación permanente de sucesos y operaciones tacticistas con las que tensa cada vez más la cuerda. Favorecido por las dificultades de sus adversarios para organizar una alternativa sólida, su estrategia actual persigue obtener la mayoría relativa de los votos en las urnas autonómicas del 27 de septiembre y lograr un efecto de arrastre sobre las elecciones generales, de forma que se incremente la cuota de independentistas entre el casi medio centenar de diputados que Cataluña envía al Congreso.
en ayunas la zorra iba cazando.
Halla una parra, quedase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.
Causábale mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
negros racimos entre verdes hojas.
Miró, saltó y anduvo en probaduras;
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la zorra dijo:
"¡No las quiero comer! ¡No están maduras!"
No por eso te muestres impaciente
si se te frustra, Fabio, algún intento;
aplica bien el cuento
y di: ¡No están maduras!, frescamente.
(De Félix José de Samaniego, inspirado en una fábula de Esopo)…
Podía hasta comprenderse que los ridículos que le vienen abrazando en los tiempos, cuando ha perdido el liderazgo político que bien había consolidado otro “santón” (aunque de santidad nada tiene, sino más bien de corrupto), llamado Jordi Pujol, jefe de toda una saga de “aprovechados” bajo la capa del poder.