España y Holanda, ante una oportunidad histórica (Parte 1)

Publicado el 10 julio 2010 por Marianofusco

Uno lo disfrutará como nunca, el otro lo sufrirá por la amargura de otra decepción. Son los polos opuestos previsibles e inevitables de una Final de Copa del Mundo que tendrá como protagonistas a España y Holanda.

Este Domingo en el Soccer City, uno de los inscribirá su nombre con letras de oro en la historia de este deporte, pasando a formar parte de la selecta lista de campeones Mundiales (Brasil, Italia, Alemania, Argentina, Uruguay, Inglaterra y Francia).

Será esta, la decimonovena final del Mundo y la sexta en las que se vean las caras dos Selecciones que nunca han sido campeones del Mundo.

Tuvieron que pasar 32 largos años para que España y Holanda se encuentren ante esta posibilidad histórica. La misma por la que ambos esperaron pacientes luego de tantos fracasos.

La historia de la Selección española esta marcada por la discreción y el desencanto. Tras haberse sumado al boicot que conspiró contra el Mundial de 1930, la misma tuvo su origen en Italia.

Con futbolistas como Zamora, Ciriaco o Quincoces, el equipo le ganó a un Brasil desmejorado (3-1) y llevo al anfitrión Italia a un partido desempate. El mismo trajo aparejado el juego sucio de un elenco italiano que triunfo gracias a un gol (ilegal) de Giuseppe Meazza.

La Guerra Civil le impidió a España estar en Francia 1938 y la Segunda Guerra Mundial alargó a 16 años su ausencia en un Mundial. El regreso, no obstante, no pudo ser mejor y con piezas claves como Ramallets, Igoa, Zarra, Basora y Molowny, los hombres dirigidos por Guillermo Eizaguirre brillaron en Brasil’50.

Vencieron a Estados Unidos (3-1), a Chile (2-1) y a la temida Inglaterra, con el famoso gol de Telmo Zarra. Ya en la fase final,  todo se derrumbó. Empataron con el Uruguay que posteriormente inmortalizaría el “Maracanazo” y que sólo cedió ese punto en todo el torneo, y luego cayeron contundentemente ante Brasil (6-1) y Suecia (3-1). Acabando su trayectoria en cuartos de final.

Una moneda al aire, dejó afuera del Mundial de 1954 a una Selección española que tampoco pudo clasificarse al de 1958, en Suecia. Fue Chile 1962, entonces, el campeonato que marcó el retorno.

El plantel que acudía a tierras sudamericanas asustaba. Era el año de Di Stéfano, Gento, Puskas, Pachín, Santamaría, Rivilla, Collar y Luis Suárez, entre otros.

Gran expectativa y gran decepción,  al ver que el equipo era incapaz de superar la primera ronda. Sólo consiguieron vencer a México (1-0). Como consuelo, quedo haber jugado en el “grupo de la muerte”, con Brasil, a la postre Campeón, y la sorprendente Checoslovaquia, finalista.

Si era buena aquella camada, mejor podía considerarse la del 66. A Inglaterra fue la vigente campeona del Europa en el 64 –como en esta oportunidad- sin Di Stéfano ni Puskas, pero con Gento, Rivilla y Suárez, más Iribar, Sanchís, Amancio, Ufarte, Zoco, Pirri, Marcelino y Fusté.

La selección que había vencido a la URSS, con el mítico gol de Marcelino, logró un idéntico resultado ante Suiza en el Mundial. Sin embargo el mismo marcador ante Argentina y Alemania, sólo que en contra, frenó las aspiraciones de aquel gran equipo.

Ausente en México y Alemania, España regresó a la elite mundial en Argentina’78, Mundial al que se llegó con un milagroso gol de Rubén Cano en el agónico desempate frente a Yugoslavia, y desde el cual España no ha faltado mas a ninguna Copa del Mundo.

Todo empezó de la peor manera, con la derrota ante Austria (2-1) y la mala suerte personificada en Julio Cardeñosa y su tremendo fallo ante Brasil en Mar Del Plata (0-0), que supuso una nueva eliminación pese a la victoria ante Suecia (1-0).

Le tocaba organizar el siguiente Mundial y España llegaba confiada. Sin embargo lo que fue un éxito organizativo se convirtió en un fracaso deportivo, maquillado en parte por sendos arbitrajes localistas ante Yugoslavia y Honduras.

Un penal a favor en cada partido permitió un empate ante la, a priori, débil Honduras (1-1) y la victoria ante Yugoslavia (2-1), que dejaron a España mal parada en cuanto a imagen.

A pesar de la derrota contra Irlanda, la selección de Santamaría logró pasar a la siguiente ronda, en la que se formaron grupos de tres equipos. A España le tocó con Alemania Federal e Inglaterra. Perdió el primero y empató el segundo, llegando hasta ahí.

Nuevamente, una gran actuación en una Eurocopa, en Francia’84, donde España fue subcampeona, albergó esperanzas para el Mundial de México. Fue derrota en el debut ante Brasil (1-0), en un encuentro recordado por el llamado “gol fantasma” de Míchel.

No obstante, dos victorias frente a Irlanda del Norte y Argelia le dieron al equipo el pase a octavos. Allí llegó el delirio; el 18 de junio de 1986 se grabó en la memoria de los españoles una de las mayores gestas mundialistas.

La “Furia” le endosó cinco goles a la Dinamarca del jovencísimo Michael Laudrup, en una tarde mágica de Emilio Butragueño, que marcó cuatro.

Esperaba Bélgica en cuartos, en los malditos cuartos. La marca sobre Butrageño fue formidable y el madridista no pudo marcar. Tuvo que ser Señor el que lograra el empate a uno cuando sólo faltaban cinco minutos para el final. Con el mismo resultado se llegó a la tanda de penales, recordada por el fallo de Eloy Olalla frente a Jean-Marie Pfaff que marcó la eliminación.

Los años noventa, no revirtieron la tendencia. Italia’90 supuso una nueva decepción. España acudía con la “Quinta del Buitre” algo mas madura y el comienzo del “Dream Team”.

Luego de pasar a los octavos con algo de apuro, tras empatar ante Uruguay (0-0) y vencer a Corea del Sur (3-1) y Bélgica (2-1), el yugoslavo Dragan Stojkovic envió a los de Luis Suárez a casa con dos tantos (2-1).

Después de una agónica clasificación, que se logró en el último partido en Sevilla contra Dinamarca, España viajó a Estados Unidos con un combinado muy criticado. A Javier Clemente se le achacó llevar muchos defensores, poco talento, futbolistas vascos y un combinado atípico. Unido a un fútbol poco vistoso pero que daba buenos resultados.

La fase de grupos resultó un tanto gris, con un empate decepcionante ante Corea, otra igualdad ante Alemania con gol de Goikoetxea y una victoria ante Bolivia con José Luis Pérez Caminero como figura estelar.

En octavos, Suiza no representó dificultad alguna (3-0). Esperaba Italia en cuartos. La barrera histórica, otra vez. Paradojas del destino, fue aquel el mejor partido de la Selección en dicho campeonato.

Baggio adelanto a los italianos y posteriormente igualó Caminero. Entonces Julio Salinas tuvo la victoria en sus pies, pero desperdició incomprensiblemente una ocasión clarísima ante Pagliuca.

En un contraataque posterior, nuevamente el gran Roberto Baggio demostró que no se debe perdonar. Triste adiós, luego de un duelo que acabo con elcodazo de Tassotti a Luis Enrique (rotura de tabique incluida) dentro del área.

Javier Clemente seguía haciendo de las suyas, como agredir a un periodista en la Eurocopa de Inglaterra’96, y llevar un equipo ultradefensivo al Mundial de Francia. Fue el primero al que acudió Raúl González, encargado de inaugurar el marcador ante Nigeria en el debut, en un encuentro que culminó con derrota (3-2).

El empate sin goles ante Paraguay (0-0) e la inservible goleada (6-1) ante Bulgaria de nada sirvieron. Zubizarreta cumplió su cuarto Mundial y se despidió de una selección que no era eliminada en la primera fase desde el Mundial de Argentina

Al Mundial de 2002 acudió una selección joven y talentosa: Casillas, Puyol, Hierro, Helguera, Xavi, Valerón, Mendieta, Joaquín, Raúl y Morientes, entre otros.

Nueve puntos (ante Eslovenia, Paraguay y Sudáfrica) y nueve goles certificaron una brillante clasificación en la fase de grupos. En octavos, ante la República de Irlanda, surgieron las manos de Casillas para detener un penal en el tiempo reglamentario y otros dos en la tanda decisiva.

Posteriormente, en un encuentro sumamente polémico, Corea del Sur acabó con las ilusiones españolas. Los penales dictaron sentencia y los dirigidos por Hiddink llegaron a semifinales. Joaquín falló el último lanzamiento y Casillas no atajó ninguno.

Jugadores, prensa y aficionados, señalaron con el dedo acusatorio al egipcio Al Ghandour, árbitro, y al asistente Ragoonath, de Trinidad y Tobago, por anular sospechosamente dos goles legales a España. Otra vez afuera en cuartos.

Tantos cuartos de final forjaron una “leyenda negra” que no se repitió en Alemania 2006, ya que no hizo falta llegar a esa ronda. Una fase de clasificación esperanzadora de los de Luís Aragonés, aunque de más a menos, dio paso a unos octavos decepcionantes contra Francia.

De querer “jubilar” al veterano Zidane, se pasó a ver cómo el 10 de “les bleus” daba cátedra y sentenciaba a Iker para sellar el 3-1 final. A casa nuevamente y con lección de humildad incluida.

No hay mal que por bien no venga. Fue aquella, la primera y ultima gran decepción de una camada destinada a hacer historia. Tarde o temprano. No obstante, Luís Aragonés se vió obligado a hacer algunos cambios.

A Alemania fueron mezclados los Casillas, Iniesta, Xavi, Fábregas, Villa o Torres, con veteranos como Albelda, Cañizares… y Raúl. El madridista fue el gran defenestrado por el entrenador, acusado de rebelión y protagonista de un debate de ámbito estatal.

Dos años después, los “locos bajitos” ganaban la Eurocopa desplegando un fútbol de fantasía y más tarde lograban el pleno de victorias en la clasificación para el Mundial, ya con Del Bosque en el banco de suplentes.

El Mundial de Sudáfrica, ya habiendo consolidado el fútbol de toque, se presentaba como el gran reto. Reto que esta Selección española, la mejor de la historia, esta a punto de saldar con éxito tras tantas frustraciones.

Bueno para ellos y también para el fútbol, seria que lo logren. Como dirían por dichos lares, A por ello.

ñó