Los científicos de todo el mundo luchaban desde hace 64 años contra el tumor que creían inmortal de Henrietta Lacks (HeLa), y resulta que acaba de matarlo un equipo del CNIO, en Madrid, formado por doce mujeres, investigadores principales, y seis hombres.
Las células cancerosas de esa estadounidense, conocidas como HeLa, se implantan en tejidos y animales de laboratorio, como los ratones usados por el CNIO, donde se multiplican inacabablemente; hasta ahora era imposible eliminarlas.
Todos los investigadores del cáncer trabajan con ellas desde que se las extrajeron al fallecer Henrietta en 1951 en el Johns Hopkins Hospital de Baltimore.
No se trata de exponer aquí las capacidades de María Blasco, sucesora del científico emigrante retornado Mariano Barbacid como directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde trabajan 417 investigadores en una veintena de proyectos.
Blasco dirige, además, el equipo de 18 científicos que parece haber hallado la puerta para desproteger los telómeros, estructuras que protegen los extremos de los cromosomas cancerosos, para anular su reproducción.
Se trata de que hay pequeñas casualidades: la gran investigación contra muchas enfermedades y especialmente contra el cáncer en todo el mundo nace de esa mujer negra de vida terrible (léase “La vida inmortal de Henrietta Lacks”, Edit.Temas de hoy), y que un equipo de mujeres, en el que también hay una negra, ha conseguido matar las células HeLa.
Se trata de que todos los miembros del equipo han sido lo que la demagogia política convierte en desgracia, y que es una fortuna: como Barbacid, emigrantes retornados.
Emigraron a laboratorios punteros de todo el planeta. Mentes brillantes que volvieron, especialmente de EE.UU., con mayor sabiduría que si hubieran practicando la endogamia localista y nacionalista que empobrece nuestras universidades y tantos centros de investigación.
Con un poco de prosperidad, como comenzaba en 1998 cuando se fundó el CNIO, volverán más sabios, experimentados y revolucionarios muchos científicos españoles.
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SALAS