Comienza septiembre y con él la monotonía tan necesaria para las vidas grises dedicadas el trabajo y no a la persona. Regreso a la oficina, vuelta al cole, los kioscos se llenan de coleccionables... una serie de acciones reiterativas que vuelven inexorablemente cada otoño para enterrar el tiempo de asueto.
El circo político también volverá a ponerse en marcha y volverán a la televisión esos infructuosos debates en el congreso y en el senado, que tan caros salen al contribuyente. Las temáticas ya las conocemos: no hay dinero, hay que trabajar más, hay que cobrar menos, vamos a regalar un ipad, un iphone y una visa oro a diputados y senadores... vamos, nada nuevo bajo el sol. Un imbricado entresijo pretendiendo justificar una crisis que ellos venden como económica, cuando los hechos muestran que es de corte social. Pero por si queda duda, nos espetarán aquello de españoles, habéis vivido por encima de vuestras posibilidades.
Pero, con su lenguaje sórdido y envenenado, se les olvida diferenciar cuáles son nuestras pretensiones y cuáles nuestras posibilidades ¿Derecho a asistencia sanitaria? ¿Derecho a educación? ¿Derecho frente a las tropelías laborales de las grandes corporaciones? Son pretensiones posibles, pues para ello cada ciudadano paga impuestos directos e indirectos. Y si el dinero público no llega, tal vez sea porque yernísimos y amiguetes lo han desviado a cuentas en paraísos fiscales o lo han repartido en sobres a sus acólitos. Por ello, si realmente quieren que comprendamos la situación, les bastaría con afirmar: españoles, os hemos mentido por encima de nuestras posibilidades.alfonsovazquez.comciberantropólogo