Esparcimiento en glenorchy

Publicado el 18 enero 2014 por Eazkoitia
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Ya llevamos un mes trabajando en Blanket Bay, por lo que también llevamos ya un mes viviendo en Glenorchy. El trabajo va bien y la vida en el pueblo (200 habitantes) también.
Hace una semana que hubo las Glenorchy Races, que es LA FIESTA de Glenorchy.
Las Glenorchy Races son carreras de caballos. No son caballos de carreras, son caballos de trabajo y los jinetes son los dueños (mayoritariamente dueñas). Se llevan a cabo en el campo de golf del pueblo y las pruebas son peculiares (montar sin silla, rodear barriles, galopes extraños…). No están mal, pero son algo muy local que debes haber crecido viendo y esperando para disfrutarlas plenamente.
No me demoro más, en esta actualización os queremos hablar de las excursiones que hemos hecho en nuestros días libres, así que, sin más dilación, empezamos.Mount JudahA los pocos días de llegar a Glenorchy Marina decidió ponerse sus atuendos de exploradora y se fue a hacer el Mount Judah Track.
La zona de Glenorchy se empezó a desarrollar económicamente con la llegada de los primeros colonos europeos en la segunda mitad del siglo XIX gracias a la minería (scheelita y oro principalmente) y al turismo. En las faldas del monte Judah había alguna que otra mina de scheelita, por lo que se construyó una carreterita para conectarlas.
Suponemos que en su momento las mulas podían caminar con cierto confort por ahí, actualmente, exceptuando el primer tramo, es un camino de cabras.

Las minas se clausuraron en 1960; no sabemos cómo fue el proceso pero parece que un día se fueron y ya no volvieron, dejándolo todo patas arriba. El gobierno neozelandés, muy avispado, en lugar de cerrar las minas y desmantelar los equipamientos, decidió dejarlo todo tal cual estaba y calificarlo de ruta histórica.
Obviando el hecho de que ambientalmente es una solución chapucera y contaminante, el asunto es interesante ya que se pueden ver las casetas de los mineros, del capataz, la maquinaria que utilizaban y hasta las botas de algún minero que salió escopeteado hace sesenta años.Invincible Gold MineEl paseo de la mina de oro Invincible dura un par de horas por lo que pudimos hacerlo una mañana antes de ir a trabajar a Blanket Bay.
La situación es la misma que en Mount Judah, sólo que en este caso las minas eran de oro y que el gobierno ha dejado menos basurilla por el camino.Diamond CreekMarina fue un día a caminar por los alrededores del riachuelo Diamond y vio tantas truchas que hace un par de días decidimos ir a pescar ahí.
El día estaba algo nublado aunque no llovía (hemos tenido varios diluvios en las últimas dos semanas), eso sí, hacía mucho viento. Ninguno de los dos habíamos pescado antes con cucharilla, pero da igual, básicamente consiste en tirar y recoger, no hay que ser catedrático. Aparcamos el Hyundai (gracias a Sonia y Ainara sabemos que significa “moderno” en koreano) dorado y nos fuimos hacia un meandro del río Diamond (después de las lluvias ascendió en el escalafón de la cuenca hidrográfica pasando a ser río). Así que ahí me planté yo con seguridad y confianza y, haciendo gala de la destreza adquirida durante años pescando en el río Águeda (Salamanca), lancé el anzuelo con elegancia. Fue un lanzamiento certero, si por certero entendemos que el anzuelo cayó dentro del río en un tramo de unos diez metros de ancho, afortunadamente en la dirección en la que yo estaba mirando. La caña, que no le tengo el punto pillado, le dije a Marina. En menos de diez segundos había recogido todo el sedal que había soltado y estaba listo para lanzar otra vez. Segundo intento. Esta vez algo más cerca de nuestra orilla, por lo que pesqué un junco. El peso del anzuelo, que tampoco le tengo el punto pillado, le dije esta vez a Marina. Puse la caña lista para lanzar por tercera vez en un minuto, esta vez ya no podría poner la excusa de la caña o el peso del anzuelo. Marina me miraba expectante, o eso quiero pensar yo ya que estaba detrás de mí. Qué presión. Lancé con maestría corriente arriba. Los segundos se hicieron minutos y por mi mente pasaron miles de recuerdos de pesca en la Ceña, en especial uno relacionado con Neska y un anzuelo enganchado. La cucharilla describió una parábola y=0,5x+1,2 (aproximadamente, x e y en metros) en el aire y fue a parar a un arbusto de malas hierbas que estaba justo en frente de nosotros, un metro tierra adentro. ¡El viento! Grité encogiéndome de hombros y poniendo cara de Pepe cuando le pisa la cabeza a alguien y pitan falta. Me encontraba inmerso en esta deshonrosa situación cuando Marina hizo una sabia observación: ¿No ha ido al agua, no? Que entre escuchar esto y recibir una colleja con la mano cerrada uno casi que prefiere lo segundo, que al menos deja el orgullo intacto. Pues no ha ido al agua, no. Y además el anzuelo se ha enganchado. Así que ahí estaba yo, luchando ferozmente contra unos cardos gigantes, temiéndome lo peor. ¿Y qué hacemos ahora? Cayó como una bomba otra de esas preguntas que, en determinados momentos, incordian más que la de ¿Entonces estamos eliminados? después de perder 0-7 contra el Bayern. En fin, corté el sedal, desmonté la caña, y me dispuse a volver a casa de inmediato. Afortunadamente Marina mantenía la cabeza fría y sugirió cruzar el río e ir a buscar la cucharilla. Cruzamos por un puente de la carretera, nos colamos por un par o tres de campos donde ponía que estaba prohibido entrar sin autorización y llegamos hasta el punto del “accidente”. Marina encontró la cucharilla, que desenganchamos de los cardos en una perfecta labor de equipo. Me sentí como el Cid después de ganar a los Infantes de Carrión en “La afrenta de Corpes”.
Evidentemente no volvimos a intentar pescar esa tarde, hacía demasiado viento observé sabiamente. Cualquiera le dejaba la caña a Marina, no fuera que lanzase y pescase un salmón.Mount McIntosh intento primeroPor el camino que lleva hasta Mount Judah también se llega hasta el Mount McIntosh, mediante un recorrido circular de unas 8-10 horas. En uno de nuestros días libres decidimos hacerlo. Había estado toda la semana lloviendo a gatos y perros (aquí cuando quieren decir “a cántaros” dicen esto) e incluso había nevado en las cumbres de las montañas que nos rodean pero justo en nuestro día libre hacía un sol radiante, de esos tan radiantes que ni la crema factor 50+ es capaz de protegerte. Perfecto.Cogimos nuestros bártulos (Marina con sus pantalones de caminar nuevos, autorregalo de Navidad) y nos fuimos a caminar por las montañas. Hicimos un gran tramo del Mount Judah Track, que si las minas no te interesan es un poco pesado porque está como encerrado en las montañas y los paisajes no quitan el hipo, y llegamos hasta el camino que desciende hasta la garganta Burn y que luego sube, en línea más o menos recta, hasta la cima del Mount McIntosh. Hacia el fondo del desfiladero nos dirigimos animados por la promesa de vistas impresionantes de la zona de Glenorchy una vez subiésemos McIntosh. Y llegó el rió. Lluvias torrenciales durante una semana, nieve en las cimas y día de calor sofocante. No había que ser catedrático para saber que el río iba a ir crecidito. Da igual. Yo soy medio vasco y Marina también (todo lo malo se pega) así que tanteamos el cruce del río.


Imposible. Ni Sabino Arana lo cruzaba.Heather Jock TrackHabíamos previsto una caminata de diez horas, habían pasado dos y ya teníamos que volver. Marina sugirió hacer el Mount Judah Track, que en principio sería menos traicionero hidrológicamente hablando y a ella le había gustado.
Nos dispusimos a ello hasta que encontramos un desvío hacia el refugio de Heather Jock, situado en una montaña igual de alta que el Mount McIntosh que prometía buenas vistas.

Y hasta ahí llegamos a tiempo para comer un buen picnic y volver para casa. Al final en el maravilloso día soleado, que amenazó de frustrarse debido al río de la garganta Burn, hicimos una gran excursión.
Mount AlfredLa semana pasada hubo una conjunción astral y coincidieron los días libres de Marina, Natacha (chef compañera de casa) y Vivian (pastelera del año 2013 que vive en la otra casa para empleados).
Ni cortas ni perezosas se fueron a escalar el Mount Alfred, montaña que se encuentra entre los ríos Dart y Rees, como si alguien se la hubiese olvidado ahí.
Es una ascensión de unas dos o tres horas, las chicas la hicieron en dos, muy ascendente. La recompensa se ve en las fotos.

Un día de estos subiré yo también, pero ya no lo explicaremos en el blog a menos que ocurra algo extraordinario como, por ejemplo, que me encuentre con Bárbol (recordamos que estamos en Isengard).Mount McIntosh intento segundoComo el camino del Mount McIntosh es circular esta mañana hemos decidido intentarlo por el otro extremo. En el folleto informativo avisan de que la subida en el extremo que íbamos a intentar es muy empinada y que hay tramos con la vegetación descontrolada. Nos da igual.
Esta mañana hemos salido dispuestos a conquistar la cima del Mount McIntosh.

El camino transcurre paralelo a una alambrada que han debido colocar ahí en helicóptero, y realmente hay tramos con la vegetación algo descontrolada. La gente no hace mucho este tramo del camino.
En fin, tampoco esta vez hemos conseguido hacer cima, nos hemos quedado muy cerca por eso. A la tercera será la vencida.

A pesar de no hacer cima hemos podido disfrutar de grandes vistas. Incluso hemos podido ver nuestra casa, muy pequeñita porque estábamos muy lejos.Feliz 2014.

Enrique & Marina
English version
We’ve been working at Blanket Bay for a month already, so it’s been a month since we got to Glenorchy. The job is OK, and our life in this small town is great.
A week ago we went to the Glenorchy Races, the most special day of the year here (if this was Bali we’d say this is their “special ceremony”).
The Glenorchy Races are horse races. But they don’t use race horses, they use work horses and the riders are the owners (brave women in general). They take place in the town’s golf course and they feature a very peculiar range of tests (gallop without saddle, barrels…). They are quite fun, but our guess is that you have to be a local to fully enjoy them.
But, let’s stop lingering here! In this update we want to tell you about our hiking days in Isengard. Here we go then.Mount JudahFew days after our arrival to Glenorchy Marina decided to get dressed with her “Dora the Explorer” style clothes and she went for a hike to the Mount Judah track.
The Glenorchy area started its economical development with the arrival of the first European settlers during the second half of the XIX century, thanks to the mining industry (gold and scheelite) and tourism. There were some scheelite mines in Mount Judah, so a road was built to link them.
We think that, in those days, mules were able to walk comfortably there but, nowadays, except for the first bit, it’s a bloody goat’s track.

The mines were closed in 1960; we don’t know how the process was but it looks like one day a magic bell rang and everyone left in a hurry, leaving everything behind. The New Zealand Government, smart ass, instead of closing the mines and tidy the mess and the mining equipments, decided to leave everything as it was and open the new Mount Judah historical mining old road.
We don’t need to say that this is a very dodgy and bad solution regarding the environment, but it’s interesting to see how the miners lived and worked here.Invincible Gold MineIt takes a couple of hours to do the Invincible gold mine track, so we were able to do it before going to work at Blanket Bay.
We found the same “historical” staff that we saw in Mount Judah, but this time with gold mines and less trash in the way.Diamond CreekOne day Marina went for a walk following the Diamond Creek and she saw so many trout that a couple of days ago we decided to go fishing there.
The day was overcast but it wasn’t raining; I must say it was very windy, though. None of us have gone fishing using a plastic bait before, but it’s not rocket science, basically consists on throwing and picking back the line, hopefully with a trout in it. There I was confident and self assured. Showing my awesome fishing skills (I go fishing quite often in Spain in a river called Águeda in Salamanca). I threw the line with elegance. It was a nice pitch, very “accurate” (the hook reached the water, fortunately almost in the direction where I was looking). I blamed the equipment, as it was the first time that I was using it.Ten seconds later I was ready to give it a second try. This time the hook landed to close to our shore, so I caught a reed. This time I blamed the hook, it was heavier than the ones I’m used to, which affects my accuracy. A few seconds later I was ready again. It was going to be my third try in one minute. This time I wasn’t going to be able to blame the equipment. Marina was looking at me expectantly, or at least is what I want to think because she was behind me and I couldn’t see her. I was feeling the pressure. Risky business going fishing with your partner, I thought. I threw the line like a master. Seconds became minutes and a thousand fishing memories of my childhood crossed my mind. The bait described a parabola y=0,5x+1,2 (x and y in meters and my feet as the origin of coordinates) in the air and went straight to a bush that was in front of us, almost one meter far from the water. The bloody wind! I shouted showing surprise and sounding unbelievably convincing. I was deeply embarrassed for the situation when Marina pointed out a very wise observation: It didn’t reach the water, did it? Between hearing this and get kicked in the face by an angry donkey I think I’d prefer the second option; at least it leaves your ego untouched. No, it didn’t reach the water, honey, and the hook is stuck in the weeds.
There I was, fighting fiercely against some giant weeds, fearing for the worst. What are we going to do now? Marina dropped this question like a bomb. I think we all agree that this is one of these annoying questions that should never be asked, like when our team lost 0-7 against Bayern Munchen in the last Champions League and someone asked if we were eliminated.I cut the line, dismantled the fishing rod and got ready to go back home. Luckily Marina kept his mind calm and suggested crossing the river and try to find the plastic bait. It was going to be our adventure of the day. So we went back to the road, crossed a bridge, and then we started going through private lands despite not being “authorized personnel only”. We could have ended in prison. Finally we got to the “accident” point and Marina found the bait. We released it from the gigantic weeds. What a relief.
Obviously we didn’t go back fishing this afternoon; I said it was too windy. I’d have been very stupid of me letting Marina the fishing rod, imagine if she catches a salmon! Mount McIntosh first tryThere is a loop track that goes to the Summit of Moutn McIntosh, one of the highest peaks within a walking distance from Glenorchy, and it only takes between eight and ten hours. We decided to give it a try in one of our days off. It had been raining cats and dogs for the last days (snowing as well) but just in our day off the sun was shining in the sky and there were no clouds. Perfect!We walked a bit of the Judah track until we got to The Junction. There we went down to the Burn Gorge, where we found “the river”. Heavy rain during the last few days, fresh snow in the summits and an extreme heat day. You didn’t need to be a Uni Professor to know that the river was going to be full of water. Anyway, we are half Basques so we tried to cross the river.


Impossible to do it safely.Heather Jock TrackWe were supposed to be walking for ten hours, but after a couple of them we were stuck. Marina suggested doing the Mount Judah Track.
We went back to The Junction and started walking the track until we got to the way to the Heather Jock Hut, placed in a mountain tall as Mount McIntosh, hopefully with good views.

There we got, just in time to have a good picnic and head back home. We had a good day out despite “the river”.
Mount AlfredLast week Marina, Natacha and Vivian (both chefs at Blanket Bay) had a day off together so they went for a steep hike to Mount Alfred.
Mount Alfred is located between the Dart and the Rees rivers, like a lonely mountain that someone forgot there years ago.
It takes 3-4 hours to get to the top, but our brave girls did it in a couple of hours. The views are… just take a look at the pictures.

Mount McIntosh second tryThis morning we tried to do the Mount McIntosh loop track, this time starting from the other end of the loop. In the information leaflet they say that it’s a very steep way, full of overgrown vegetation. We don’t give a shit, we are brave.
So there we went, ready to conquer Mount McIntosh.

The track goes parallel to the fence that was placed there God knows how, and they weren’t joking about the overgrown vegetation. We have the feeling that people don’t tent to do this track.
We didn’t reach the Summit this time either, we run out of time, but we got very close. Next time.

Despite not reaching the top of the mountain we were able to enjoy astonishing views. We could even see our house!Happy 2014.
Enrique & Marina