El tema con "Sin Retorno" es complicado. Es una película de la que hay que tener muchas ganas de hablar, y yo no tengo tantas. Recién hoy me siento a escribir y la vi hace casi 3 meses. La ópera prima de Miguel Cohan es un punto intermedio entre el extremo de exposición del "Rati Horror Show" de Piñeyro y el 'no sé muy bien qué quiero ser' de "El hombre de al lado". No hay dudas de que el film es una apuesta segura, orientada al gran público. Dos grandes nombres, Federico Luppi y Leonardo Sbaraglia; un poster provocador, de esos que plantean la duda de si será una buena película o un desastre; un elenco secundario respetado, con Martín Slipak a la cabeza, Ana Celentano y Luis Machín, entre otros. La historia del film es bien concreta: un hombre es injustamente (Sbaraglia) encarcelado por un crimen que comete un joven (Slipak). En el medio de ambos está Luppi, el padre del chico fallecido que manda a Sbaraglia a la cárcel.
Es difícil recordar los nombres particulares de los personajes. Excepto por Luppi, a quien se lo puede ver en modo fácil/repetitivo, todos los actores se pierden en sus interpretaciones. "Sin Retorno" es un film de gran trabajo actoral. Es también, por su historia, un film de género y toca (algo que no es menor en nuestro especial) fuertemente el tema de la conciencia, que pesa a lo largo del metraje. Desde ese lugar, Cohan tiene mérito pues pone verdaderamente las cosas en frente del espectador, generando una posibilidad de discusión que rara vez se ve en un film de alto presupuesto como "Sin Retorno". El final es desconcertante; la película no toma ninguna postura específica. Dos aciertos, por supuesto, que todos han sabido recalcar. Los únicos aciertos?
No. "Sin Retorno" es también una película muy bien filmada, irreprochable técnicamente. A la vez, está muy bien contada, y es menos ambiciosa de lo que parece en ese aspecto. Cubre las vidas de tres personajes a través de varios años y los pasajes de un entorno a otro fluyen con naturalidad. Los momentos de mayor tensión, exentos de música, recaen sobre la credibilidad de los actores. Los momentos de reposo cuentan con escenarios bien elegidos; el director aprovecha bien los espacios y la película en general cobra un clima que está lejos de expresar tranquilidad.
Aún así, "Sin Retorno" convive en su interior con una contradicción, que tiene que ver con el público, con las expectativas ante el presupuesto un poco mayor y con esta forma en que se monta (el término completo, cierto dire??) la película. Es, creo, muy sencillo, y lo hemos visto muchas veces, pero no tantas en el cine nacional. Sin ir más lejos, "La mirada invisible" es otra película de 2010 que era técnicamente impecable pero su género no estaba tan definido, y al estar muy ligada a la Historia entraba en otra categoría. Es más, tal pericia técnica, debido a lo que cuenta el film y a la construcción de su protagonista, le jugaba a favor. En "Sin Retorno", que coquetea con el thriller dramático de alto vuelo, de grandes ambiciones, toda la prolijidad impacta de forma negativa. Es una película que, por todas las cartas puestas en el público, en una historia bien contada y además en una historia 'de género', directamente pierde el riesgo. Si fuera una película independiente esto sería aún más preocupante. Algo que se respira distinto en "Sin Retorno" desde todos lados, que tiene cierto potencial, pero que carece de adrenalina y/o nervio en los aspectos que exceden lo actoral. Allí, en las interpretaciones, está el plato fuerte, y quizá su director lo sepa. Digamos que para su próximo proyecto, ya que la película fue un éxito, podría aumentar un poco el monto de fichas a poner en la mesa, si se entiende la referencia.
Nada más de la conciencia sucia. Es una peli para ver de todos modos.
---6.5/10