Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact-disc y abrelatas electricos.
Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés
Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos unos trajes en una amplia gama de putos quejidos.
Elige el bricolaje, y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá y ver teleconcursos que embotan la mente y explotan el espíritu, mientras llenas tu boca de puta comida basura.
Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo, siendo una carga para los jóvenes a quiénes has engendrado para reemplazarte.
Pero, ¿por qué iba yo a querer hacer algo así? Yo elegí no elegir la vida. Yo elegí otra cosa.
¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?
Fin del especial. Fin de año casi ya, a empezarlo lejos, dónde sé que está mi propio camino.