El deseo y la magia que gira entorno a la Navidad hace años, por no decir siglos, que existe, y como podemos suponer durante los grandes conflictos armados de este siglo hubo gran número de hombres, fueran del bando que fueran, que estuvieron apartados de sus familias, ocultos en sus trincheras, sufriendo lluvia, barro y bombardeos casi permanentes, y sabemos que eso no es un navidad muy especial. En 2005 el cineasta francés, Christian Carion, responsable de La chica de París y El caso Farewell, se desplaza al norte de Francia durante el diciembre de 1914, la Navidad del primer año de la Gran Guerra, en la que las tropas del ejército francés, el escocés y el alemán están en las trincheras, pero el espíritu de la Navidad se les presenta en la Nochebuena, haciendo que los tres oficiales al mando decidan una tregua temporal durante los días 24, 25 y 26 de diciembre, durante los cuales los soldados de los tres bandos compartirán las fiestas, y descubrirán que entre ellos hay muchas menos diferencias que las que los dirigentes de sus ejércitos les dicen.Un film coral en que actores de las tres nacionalidades, interpretan a sus compatriotas, pero entre los que destacan Guillaume Canet y Dany Boon en el bando francés, Diane Kruger, Benno Fürmann y Daniel Brühl en el bando alemán, y Gary Lewis y Alex Ferns en el escocés.Creo que este film nos muestra que la Navidad no es consumismo, luces brillantes y muchos villancicos, sino el deseo de las personas de estar junto a sus amigos y seres queridos, y ser bueno con el prójimo, sin tener en cuenta ni ideales ni colores de bandera. Carion nos recuerda que durante la guerra también existe la Navidad, y nos da una valiosa lección sobre la verdad del espíritu navideño.Una brillante y bonita forma de acercarnos a la Primera Guerra Mundial y a esos peculiares episodios que tuvo, ya que el hecho ficticio que se nos narra, se produjo de verdad en diversos puntos de la línea del frente.Valoración: 4,5/5