Que decir de él, si apenas necesita presentación. Hannibal Lecter es lo que muchos psiquiatras llamarían un psicópata altamente funcional. No solo presenta muy marcados los rasgos más típicos del perfil: falta de remordimiento y sentimiento de culpa, carencia total de empatía, frialdad gélida, narcisismo y emociones superficiales; sino que a eso se une una marcada inteligencia. El arma perfecta para calar al instante a la gente y saber como manipularles a su favor. Su frialdad e inteligencia le valieron para ocultar sus tendencias homicidas y caníbales durante un largo tiempo. Imaginamos que su capacidad de manipulación la usaría más de una vez en las terapias con sus pacientes, a quienes sería capaz de analizar al instante como hizo con Clarice Starling. Lecter es sin duda ninguna uno de los personajes más intrigantes que la ficción podría darnos. No todo lo que el cine nos ha mostrado de él tuvo el favor de la crítica o del público, pero usaré un breve apunte para deciros que la nueva serie de la NBC (de la que tendréis su reseña correspondiente cuando finalice la primera temporada) me esta resultando excelente, aún sin el gran Anthony Hopkins de por medio.
Jigsaw, el villano de la saga "Saw", se distingue por no mancharse nunca las manos con la sangre de sus víctimas. En lugar de ello, el las deja atrapadas en trampas mortales de su propio diseño, y pone en sus manos la posibilidad de escapar o no. El estress traiciona a la mayoría de ellos, cuando no su moral, ya que a menudo están atrapadas más de una víctima juntas en la misma trampa, y deben matarse mutuamente, o al menos, hacerse algún daño para escapar. Poner este tipo de trampas y de pruebas para escapar de ellas demuestra sin duda un grado enorme de crueldad, de frialdad emocional. A Jigsaw no parecen perturbarle mucho los dilemas que sus víctimas sufren, y además de ello, las trampas le permiten dañar en la distancia, mantener las manos limpias y ejercer sobre sus víctimas un control psicológico y emocional enorme, rasgo muy típico del perfil del psicópata. Igualmente, es tan narcisista que considera que les esta haciendo un favor, abriendo sus ojos a nueva perspectiva sobre la vida como a él le ocurrió al sobrevivir a un intento de suicidio, ya que quiso quitarse la vida al ser diagnosticado de un tumor cerebral.
Tuve algunos debates con respecto a Alex deLarge de "La Naranja Mecánica", ya que no se puede negar que, desde muy joven, es un personaje muy marcado por un entorno violento. Pero de todas maneras, el entorno por sí solo no puede lograr algo como él, no sin una base psicológica sobre la que trabajar. Alex no es solo un joven rebelde que contesta y trata mal a sus padres, y pasa más tiempo por ahí con sus amigotes, en lugar de estudiar o trabajar. Goza de la violencia con una falta de emociones y de empatía digna de un psicópata, es el cabecilla de su grupo y no duda en emplear todos los medios posibles para defender su liderazgo, es una constante fuente de disgustos para sus padres, aunque a veces parece quererles (emociones superficiales) y no parece darse cuenta del daño que causa su actitud, no solo a las víctimas de sus palizas o violaciones, sino también a su familia, y en última instancia, a la sociedad (falta de responsabilidad moral y no aceptación de las consecuencias de sus actos, dos cosas que se pueden encontrar en cualquier psicópata) La película nos muestra también otro tema del que se ha debatido mucho: si es posible o no rehabilitar a un psicópata de este calibre. ¿La respuesta? Obviamente, no, pues a pesar de los intentos por "curarle" Alex vuelve a ser como era.
Gabriel Gray, más conocido como "Sylar", era el villano de la serie que a mí me fascinó en su día y me metió en el mundo de las descargas de series americanas por Internet. Sí, estoy hablando de "Héroes". La serie me enganchó del todo y me volvió piratilla, haciendo que quisiera ver otras series también. Y uno de los motivos fue su carísmático villano, brillantemente interpretado por el actor Zachary Quinto. Sylar comenzó siendo solo una amenaza en la sombra, y aunque el guión de la serie desbarró mucho (con vanos intentos de explicarnos el "origen del mal", e intentos aún peores de redención) por el camino si se definió a una auténtica bomba de relojería, a un joven con una apariencia inicial inofensiva y tímida, que escondía en su interior un asesino en serie violento, inteligente, manipulador hasta la médula, capaz de mostrar su carita de niño bueno y llorar lágrimas de cocodrilo para lograr lo que quería, y luego asesinar sin remordimientos a víctimas inocentes, personas que poseían habilidades o poderes especiales para robarlos y obtenerlos para sí mismo. Sylar era todo un peligro, y su poder natural, la intuición para leer el mundo a su alrededor, incluso a las personas, asegurando que las oía hacer "tic-tac", refleja muy bien el perfil controlador y manipulador del psicópata.
No podemos finalizar nuestro breve paseo por perfiles psicopáticos de ficción sin mencionar a un gran favorito del público americano y de los seriéfilos que descargamos: Dexter Morgan. Se trata de un caso un tanto especial, porque su padre adoptivo, Harry Morgan, reconoció el perfil del niño muy pronto, tras haber sido Dexter testigo, aunque siendo muy pequeño, del brutal asesinato de su madre biológica. Harry procuró ponerle tasas al potencial monstruo que podía esconderse dentro de Dexter, dándole un código al que atenerse, código que hasta hoy ha cumplido de forma más o menos estricta. A grandes rasgos, podemos ver en Dexter el perfil del psicópata: sus emociones son muy superficiales, aunque lo intente, a menudo, miente y manipula para lograr lo que quiere, y aunque justifica sus asesinatos con el código de Harry, que le lleva a matar a quienes hayan matado, y nunca a inocentes, sin ese código, que le hace sentir que devuelve algo a la sociedad, quien sabe donde podría haber terminado. Su brújula moral no marca un Norte claro. Próximamente asistiremos al final de la historia de Dexter, ya que la serie esta a punto de estrenar su octava y última temporada, de la cuál, por supuesto, tendréis la pertinente reseña en su momento.
"THE WISDOM OF PSYCHOPATHS" O "LA SABIDURÍA DEL PSICÓPATA" DE KEVIN DUTTON.
Kevin Dutton es psicólogo y ha escrito libros de temas variados de su campo además de este. Quería leerlo porque el otro libro que leí del tema, "La máscara de la cordura" de Harvey Cleckley, se quedaba algo obsoleto en algunos aspectos. Sobre todo me interesaba un tema que Dutton si trata, y es el de como, usando técnicas de diagnóstico como el scanner, se puede literalmente ver como el cerebro de un psicópata funciona de forma distinta a otros. Igualmente, Dutton abre lo que da en llamar un "espectro del psicópata", dentro del cuál, los perfiles como los que hemos visto, los de asesinos sanguinarios y peligrosos, son la excepción. Y de hecho, asegura que, en dosis adecuadas, algunas de las características del psicópata le pueden llevar a triunfar en muchos aspectos de la vida, profesional y personalmente. Son los llamados psicópatas altamente funcionales, y ese perfil, por sorprendente que parezca, se da con una altísima frecuencia en nuestra sociedad de hoy. Su falta de remordimientos, su frialdad emocional y su egocentrismo son valorados positivamente en la sociedad actual, cada vez más competitiva. Para Kevin Dutton, esto resulta a la vez aterrador y fascinante, e interesante de estudiar. En el libro se recogen los testimonios de tres personas que responden a un perfil de psicópata, según pruebas y test psicológicos e incluso pruebas neurológicas. Y no, ninguno de ellos es un desalmado asesino en serie, sino que se trata de un cirujano, un abogado, y un miembro de las Fuerzas de Elite británicas. Esto es lo que declaran sobre sí mismos (traducido directamente del Inglés por mí)
"No tengo compasión por aquellos a los que opero. Es un lujo que no me puedo permitir. En el quirófano, renazco como una fría máquina sin corazón, uno con el escalpelo,el taladro y la sierra. Cuando estás cortando tejido y engañando a la muerte por encima de la línea de frío del cerebro, los sentimientos no tienen ningún sentido. La emoción es entropía, y es mala para los negocios. He pasado mi vida cazándola hasta la extinción"
""En el Juzgado, he vapuelado a gente literalmente, les he crucificado en la cabina de testigos. No tengo absolutamente ningún problema en reducir a las lágrimas a una víctima de violación en el mismo momento. ¿Sabes porque? Pues porque es mi trabajo. Es lo que mi cliente me paga por hacer. Y al final del día, puedo colgar mi peluca y mi toga, ir a un restaurante con mi mujer y no preocuparme de nada. Incluso aunque sé que lo que ha sucedido antes posiblemente ha arruinado su vida"
"Entonces es cuando nos dimos cuenta de que era uno de los "Irrompibles". Un duro entre los duros. Era un desgraciado cabrón hijo de... Y si tenía conciencia, nunca la vi. Era frío como el hielo, a cualquier lado del filo del cuchillo. Lo cuál, en este trabajo, no es siempre tan malo..."
Bastante escalofriante si lo piensas, ¿verdad? Pero enfocado desde otro punto de vista, esa falta de remordimientos, esa frialdad emocional, esa capacidad de concentración, el narcisismo y la carencia de empatía ha ayudado a estas tres personas a encontrar su lugar en el mundo, y a salir adelante en la vida. Bien usadas, esas cualidades pueden ser postivas, sobre todo por lo competitiva que es la sociedad hoy, como bien ya hemos comentado. Cerramos el tema con una cita del doctor Robert Hare, de quien ya hemos hablado anteriormente como autor de uno de los primeros test científicamente fiables para detectar rasgos psicópatas en la personalidad, y que es uno de los mayores expertos en el tema.