Vale sostener que el mundo ha vivido equivocado si divisamos que el proceder es neurotizante y nos animamos a ir un paso más y no vernos sumidos e involucrados en él.
Porque hay algo que es lo que podemos dar, y notarlo y saber ir hasta el límite y no querer sobrepasarlo por acción del mismo efecto neurotizante del que podemos vernos envueltos en situación social o afecta, o…
¿Me pregunto qué hace que sigamos intentando?
Sí, pongámosle que se trata sólo de perdonar, lo que pasó es que me encontré con lo que menos me enamora, y eso indefectiblemente afecta.
No se trata de pensarte a vos, sino a uno mismo. Es que el arte de conocerse se trata indefectiblemente de cada individuo que debe concentrarse en sí y no depositar su angustia en la paja ajena, que al fin de cuentas está para espejarnos una realidad.
Y el día que no la sintamos más afín se desenlazará y habrá que asumirlo.
El ombliguismo lo practicamos, más-menos todos, y hacer el esfuerzo por no sentirse el centro de la escena es importantísimo para permitir que se desarrolle y desenvuelva el objeto decisor.
El recurso del que se siente mal y no quiere asumirlo es meter miedo. Pobre.