No es algo muy conocido, pero en Estados Unidos de América muchas personas con enfermedades mentales en vez de estar ingresados en hospitales especializados están presos en cárceles especialmente diseñadas para ellos o en unidades especiales de prisiones convencionales.
En Estados Unidos hay tres grandes cárceles para enfermos mentales: en Nueva York, Los Ángeles y en el condado de Cook, en Illinois. Entre las tres cárceles reúnen 11.000 presos que reciben tratamiento para enfermedades mentales, sin embargo, en los tres principales hospitales para el tratamiento de enfermedades mentales de los Estados Unidos sólo existen 4.000 camas hospitalarias disponibles.
Este es un gran problema para Estados Unidos ya que una prisión no es el mejor ambiente para que las personas con enfermedades mentales reciban tratamiento.
9. Los funcionarios de prisiones a menudo ayudan a los enfermos mentales. "Es una línea muy fina entre la seguridad y la salud mental."
10. El preso tiene que usar una máscara para que no pueda escupir a los funcionarios de prisiones y al personal sanitario.
11. Empleados limpian la celda después de que el preso tratara de hacerse daño a sí mismo.