Y empezando de menor a mayor, nos topamos con Ciudadanos, un partido que levantó muchas expectativas pero que parece se queda ahí, otorgándoles las encuestas un resultado muy similar al de diciembre pasado. Y es que el gran problema de la formación de Albert Rivera está siendo el café para todos, porque se visten de centristas, aunque en su ideario de definan de centro izquierda, y pretenden quedar bien a derecha e izquierda, cuando en la política como en la vida eso no es posible. Y me gustaría que Ciudadanos tuviera más apoyo popular, sobre todo si es a costa del PSOE y Podemos, pues considero que sería el aliado perfecto para que el Partido Popular formara gobierno, aunque a lo mejor acaban apoyando al PSOE, como hicieron en la fallida investidura de Sánchez. Por estas actitudes creo que Ciudadanos no crece más, porque la formación naranja no se define y al final la gente no se fía de ellos. Y del naranja pasamos al morado, a los comunistas, socialdemócratas, chavistas…, que si Ciudadanos tiene problemas de definición a los de Unidos Podemos le sobran calificativos. Y es que Podemos aspira a cubrir todo el espacio desde la izquierda a la extrema izquierda, por eso se definen de todas las formas existentes. Y según las encuestas subirán bastante, gracias a su unión con Izquierda Unida, teniendo como objetivo el adelantamiento (sorpasso) a los socialistas, que no obstante está por ver. Y si eso pasara, ¿apoyarían los socialistas un gobierno presidido por Pablo Iglesias? Y con esa pregunta llegamos a los socialistas. Y la verdad es que del PSOE no sé qué decir, pues creo que pueden ser la sorpresa para estas elecciones; sorpresa en todos los sentidos, porque lo serán si quedan en segunda posición y también lo serán si caen a la tercera. Con el candidato más flojo de su historia afrontan unas elecciones en la que se juegan mucho. Y ayer quedó demostrado, cuando Sánchez hizo un guiño a los comunistas españoles… Veremos qué pasa pero a día de hoy creo que Pedro Sánchez dimitirá la misma noche electoral. Y por último hablamos del Partido Popular, del que no voy a decir mucho porque ya conocéis mi opinión. Parece claro que ganará las elecciones, aunque la clave está en el número de escaños, ojalá se acerque a los 130 (o los supere). Y eso que se presenta con un candidato que no acapara todos los apoyos de sus votantes, a lo mejor deberían habérselo pensado mejor los populares… El caso es que las elecciones del domingo están muy abiertas y muy divididas, eso es lo que nos ha traído la “nueva política”, una división del voto que tiene sus consecuencias. Espero que el domingo tengamos una respuesta clara.
Y empezando de menor a mayor, nos topamos con Ciudadanos, un partido que levantó muchas expectativas pero que parece se queda ahí, otorgándoles las encuestas un resultado muy similar al de diciembre pasado. Y es que el gran problema de la formación de Albert Rivera está siendo el café para todos, porque se visten de centristas, aunque en su ideario de definan de centro izquierda, y pretenden quedar bien a derecha e izquierda, cuando en la política como en la vida eso no es posible. Y me gustaría que Ciudadanos tuviera más apoyo popular, sobre todo si es a costa del PSOE y Podemos, pues considero que sería el aliado perfecto para que el Partido Popular formara gobierno, aunque a lo mejor acaban apoyando al PSOE, como hicieron en la fallida investidura de Sánchez. Por estas actitudes creo que Ciudadanos no crece más, porque la formación naranja no se define y al final la gente no se fía de ellos. Y del naranja pasamos al morado, a los comunistas, socialdemócratas, chavistas…, que si Ciudadanos tiene problemas de definición a los de Unidos Podemos le sobran calificativos. Y es que Podemos aspira a cubrir todo el espacio desde la izquierda a la extrema izquierda, por eso se definen de todas las formas existentes. Y según las encuestas subirán bastante, gracias a su unión con Izquierda Unida, teniendo como objetivo el adelantamiento (sorpasso) a los socialistas, que no obstante está por ver. Y si eso pasara, ¿apoyarían los socialistas un gobierno presidido por Pablo Iglesias? Y con esa pregunta llegamos a los socialistas. Y la verdad es que del PSOE no sé qué decir, pues creo que pueden ser la sorpresa para estas elecciones; sorpresa en todos los sentidos, porque lo serán si quedan en segunda posición y también lo serán si caen a la tercera. Con el candidato más flojo de su historia afrontan unas elecciones en la que se juegan mucho. Y ayer quedó demostrado, cuando Sánchez hizo un guiño a los comunistas españoles… Veremos qué pasa pero a día de hoy creo que Pedro Sánchez dimitirá la misma noche electoral. Y por último hablamos del Partido Popular, del que no voy a decir mucho porque ya conocéis mi opinión. Parece claro que ganará las elecciones, aunque la clave está en el número de escaños, ojalá se acerque a los 130 (o los supere). Y eso que se presenta con un candidato que no acapara todos los apoyos de sus votantes, a lo mejor deberían habérselo pensado mejor los populares… El caso es que las elecciones del domingo están muy abiertas y muy divididas, eso es lo que nos ha traído la “nueva política”, una división del voto que tiene sus consecuencias. Espero que el domingo tengamos una respuesta clara.