Esperanza Aguirre, Alcaldesa de Madrid.

Publicado el 01 agosto 2014 por El Sol De Madrid Rubén Olmeda @elsoldemadrid

Esperanza Aguirre debe ser la candidata del Partido Popular a la Alcaldía de Madrid. Así de claro, así de simple y así de necesario para que Madrid pueda recuperar el sentido común como ciudad.

Esperanza Aguirre tiene muchos defectos, como yo, como tu que estás leyendo esto y como todos los que la critican. Tiene defectos, si, pero ha perdido el miedo y la vergüenza a decirlos en publico, esa es su ventaja. Si le preguntan qué opina del famoso aparcamiento en Gran Vía, responderá que fue un error, que metió la pata…pero, reconocido el error, saldrá la leona que lleva dentro y morderá el cuello de la gacela thompson que la esté criticando. Dira algo así como “pues que quiere usted que le diga, que metí la pata…pero ¿cuándo va a usted a reconocer que recibe dinero de Irán, o de Maduro?, porque España quiere saber si usted se financia con dinero de las dictaduras y los gobiernos que asesinan a tiros a estudiantes”.

Esa forma de ser es la que le encanta al madrileño de centro-derecha, que al final es el votante del PP, que al final es el que pone y quita alcaldes en la capital.

No tomar por tonto al votante, ser sincero y no cortarse un pelo en decir lo que todo el mundo quiere que digas, porque para eso eres la lideresa. Una señora en su casa un sábado por la tarde no puede decirle a Pablo Iglesias que es un cara dura y un golfo, por lo tanto la señora lo que quiere es que sea el invitado del Partido Popular el que, cuando tenga el turno de palabra, le suelte un bofetón dialéctico y le deje tiritando. Pero eso no ocurre desde que se fue Aznar, eso solo lo hace una persona, Esperanza Aguirre. Por eso la gente la vota, por eso la gente la quiere y por eso una aplastante mayoría de afiliados y simpatizantes se llevan las manos a la cabeza cuando les dices que no está claro que Esperanza sea la candidata a la Alcaldía porque Rajoy, de momento, no quiere.

Tenemos a una ex Concejal, ex Ministra, ex Senadora y primera Presidenta del Senado, ex diputada y primera Presidenta de una Comunidad Autónoma. Funcionaria del Estado y ejecutiva de una multinacional, primera política española que habla en la Cámara de los Comunes. Un animal político que puede convertir en ratón al “peligroso” Podemos, una señora que no se corta un pelo en decirle a la cara a los etarras que son asesinos, una señora que ha llevado el metro donde los socialístas no lo llevaron, que ha generado empleo como todas las demás Comunidades Autónomas y que ha llevado el PIB de la Comunidad de Madrid a sus cotas más altas. ¿Y vamos a permitirnos el lujo de no presentarla a la Alcaldía?.

Esperanza es lista como ella sola, porque ha sabido jugar con los tiempos de forma magistral (al contrario que el faraón) hasta hoy, puede que este envite le salga mal pero no cabe duda que cuenta con el inmenso apoyo del afiliado.

¿Nos creemos eso de la democracia interna? Pues venga, Congreso en Septiembre y a elegir candidato para Madrid. Me apuesto mi nómina a que gana Esperanza a cualquiera. Dirán que Esperanza ha tenido muchos años para hacer lo que ahora pide que se haga y no lo hizo…ok, vale, lo compro ¿y qué? no por eso deja de ser cierto que lo normal en el siglo XXI es que la gente pueda elegir al candidato que le va a representar.

Si no decidimos ya, el tiempo jugará en contra del PP de Madrid y del PP nacional, porque lo que pase en Madrid pasará en las nacionales. Perder Madrid es pegarse un tiro en el pie. Perder Madrid es dejar la capital de España en manos de la izquierda, esa izquierda que ha dejado España hundida y saqueada.

Lo que produce una tristeza inmensa (asombro ya no porque llevo 16 años en el Partido Popular) es comprobar que el PP sigue lleno, año tras año, de cobardes. De cobardes, si, porque cuando eres concejal o diputado y está en juego la decisión más importante del PP, el breack even de la balanza social que determinará el vencedor de las próximas eleciones generales, en ese momento…callan.

Y no puedo evitar venir a mi blog y decirles “DESPERTAD” cobardes, porque lo que está en juego es vuestra acta de concejal o de diputado, está en juego vuestro salario y vuestros sueños. Ni los míos, ni los del votante, los vuestros.

Un profesor del Instituto de Empresa me dijo hace tiempo la diferencia que existía en un plato de huevos con bacon, “¿la adivinas?” me preguntaba, y yo respondía “pues ni idea”. La diferencia radica en el COMPROMISO y la IMPLICACIÓN. Para que ese plato llegue a tu mesa (me decía) ha tenido que existir un compromiso y una implicación… la implicación es de la gallina, porque ha puesto uno de sus muchos huevos, pero el compromiso lo ha puesto el cerdo, porque ha tenido que morir para que te comas el bacon.

En Madrid hay muchos implicados en que Esperanza Aguirre sea Alcaldesa y por ende no perdamos la capital, pero también hay muchos comprometidos… que callan, que esperan agazapados para dar su apoyo de última hora a Ana Botella, a Cristina Cifuentes, a Soraya o a la propia Esperanza. Respeto el juego político y las estrategias, respeto que cada uno haga lo que quiera, pero creo que todos tenemos un momento en el que debemos retratarnos, por nosotros mismos y por los ciudadanos.

No hay tertulia, acto o encuentro fortuito en el que no me digan “oye, ¿como lo ves?, Esperanza será la candidata ¿no? porque sino madre mía”.

Con todo mi respeto a la Sra. Ana Botella, pienso que el puesto le viene grande, pienso que no está a la altura de la capital de España y pienso que Esperanza Aguirre sería infinitamente mejor política y gestora para ese puesto. Estamos en democracia lo digo con respeto y sinceridad. Si no fuera sincero, estaría engañando a mis amigos, a mi familia y a todos los afiliados que me leen y me respetan.

Puede que me equivoque, puede que Esperanza no sea candidata, o que siéndolo…no ganemos. Pero de lo que no hay duda, lo que nadie puede discutirme, lo que está más claro que el agua, es que la inmensa mayoría de los afiliados del Partido Popular de Madrid queremos que Esperanza Aguirre sea la candidata, y si es con unas primarias, mejor que mejor.

¡Viva la democracia!