Freda Josephine McDonald nació el 3 de junio de 1906 en Saint Louis, Missouri. Su padre, un percusionista de vaudeville llamado Eddie Carson, abandonaría poco después a su esposa, una lavandera llamada Carrie McDonald y a la pequeña Josephine. Cuando Carrie se casó de nuevo, la situación económica no mejoró demasiado. Ahogados por la miseria, Josephine empezó a trabajar a los ocho años como empleada de hogar en la casa de una mujer que no tuvo reparos en maltratarla y a los trece años tuvo que dejar definitivamente la escuela.
Vagabundeando por las calles de la ciudad, Josephine soñaba con convertirse algún día en bailarina. Sus bailes callejeros atrajeron pronto la atención de paseantes y cazatalentos hasta que un día, a los quince años, consiguió su primer trabajo como bailarina. Ya entonces se había casado y divorciado y vuelto a casar con Willie Baker, un guitarrista de blues. Corría el año 1921 y de su segundo matrimonio solamente perduró el apellido.
Fue la mujer más fotografiada del año 1926 y se convirtió en el símbolo de una década. Inspiró a escritores como Ernest Hemingway y a artistas como Pablo Picasso. Apareció en una película llamada Zou-Zou, y se convirtió en la primera mujer negra en tener un papel protagonista en una película1.
En 1936 volvía a los Estados Unidos donde se encontró con la hostilidad de un público que no estaba dispuesto a aceptar sus espectáculos tildados de escandalosos. Ante el rechazo, Josephine regresó pronto a París donde se casó con un empresario de origen judío, Jean Lion y gracias a este matrimonio consiguió la nacionalidad francesa.
Josephine se unió a la Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo y pronto llamó la atención del Deuxième Bureau, una organización de la inteligencia militar francesa2. Josephine convenció a Jacques Abtey, su jefe, de que gracias a su fácil movilidad debida a su profesión y su alto patriotismo por su país de adopción, iba a ser una buena espía. Y así lo demostró durante sus años de colaboración con la resistencia francesa. Su Château Les Milandes situado en el sur de Francia se convirtió en un centro de operaciones para la resistencia donde se ocultaban armas, espías y se intercambiaba información. Josephine también actuó ante las tropas que se encontraban en Marruecos. Su colaboración con el bando aliado le valdría el honor de convertirse en la primera mujer en recibir la Cruz de Guerra de los Estados Unidos. Francia la condecoró con la Legión de Honor y la Medalla de la Resistencia.
Los últimos años de su vida recibió la ayuda económica de grandes mujeres como la princesa Gracia de Mónaco o la actriz Brigitte Bardot y se trasladó a vivir con su familia a una casa en Roquebrune, Mónaco.
Notas:
1. Heroínas de la Segunda Guerra Mundial, Kathryn J. Atwood. Pág. 93
2. Ídem. Pág. 94Si quieres leer sobre ella
Kathryn J. Atwood