Las espinacas son una de esas verduras que no terminan de enamorarme al 100%, de esas que coges en el súper y luego no sales del típico revuelto o tortilla y muy de vez en cuando, porque a mis hijos es como nombrarles a la bicha.
Pues el sábado termine con una bolsa en el carro de la compra, por antojo, y me acordé de unas espinacas a la crema que probé hace mucho y dije...Venga vamos a intentar hacerlas de manera diferente y sin nada de origen animal.
Una de las cosas que me alucina de las espinacas es como menguan al cocinar.
Puse la bolsa entera en la sartén, con poco aceite.
Parecen muchas pero...
Si las tapamos durante 30 segundos con una tapa haciendo un poco de fuerza.
Vemos que quedan en menos de un cuaro de su volumen. Las retiramos en un plato y vamos a por la bechamel.
La bechamel normalmente se hace con mantequilla pero para veganizarla la haremos con oro líquido (por cierto está por las nubes de caro!!)Ponemos 3 cucharadas soperas de aceite de oliva y una de harina.Todo en la misma sartén que las espinacas eh?
A fuego medio cocinaremos la harina en el aceite hasta que se haga una pasta.
Vamos a ir echando a poquitos leche de almendras y removiendo bien para que no sa hagan grumos.
Cuando ya tengamos una masa espesita, pero vamos que no nos sirva para pegar papel en las paredes... apagamos el fuego.
Especiamos a nuestro gusto, yo le he puesto sal, pimienta y nuez moscada.
Aprovechamos el calor residual de la sartén para terminar el plato, ponemos las espinacas en la sartén y removemos bien con la bechamel.
Con pocas vueltas queda todo integrado y servimos calentito y a comer!
Esta claro que gratinado con queso estaría mucho mejor pero ya no sería un plato de origen 100% vegetal y a mi los quesos veganos no me terminan de convencer.
Y tú, ¿Cómo cocinas las espinacas?