Vamos volviendo a la normalidad en lo que a comidas se refiere, sólo nos queda el día de Reyes, y la verdad es que yo lo estoy deseando, mis arterias seguramente también y mis pantalones ni te cuento porque cada vez me cuesta más subirme la cremallera. De momento el peso y yo estaremos reñidos, no quiero ni acercarme para que no me dé un gran disgusto.
Pero las cambios hay que hacerlos poco a poco, no pasar de zamparte media paletilla de cordero a comerte una ensalada, y de los dulces pues lo mismo, poco a poco para no entrar en síndrome de abstinencia por falta de azúcar en vena.
Así que os traigo estos pequeños pastelitos que no son muy dulces ya que únicamente llevan en su interior membrillo, podríamos hasta darles un uso salado, utilizándolos a modo de base para hacer unos canapés sobre los que poner foie, queso brie o queso de cabra, muy ricos, he hecho la prueba y puedo afirmarlo.
Otro minipunto a su favor es que son fáciles y rápidos de hacer, además quedan muy majetes y vistosos.
Vayamos con la receta.
INGREDIENTES:
1 plancha de hojaldre
Dulce de membrillo
1 huevo batido
PREPARACIÓN
El membrillo es casero. Siempre reservo una cantidad que dejo a punto de mermelada espesa y envaso, el resto lo dejo hasta que adquiera la consistencia de dulce de membrillo. Receta de membrillo AQUI.
Para hacer estos pastelitos he utilizado mermelada de membrillo casera pero podéis usar dulce de membrillo, lo chafáis un poco con un tenedor para poder colocarlo por encima de la plancha de hojaldre.
El montaje sería el siguiente:
Extender la plancha de hojaldre y cubrir con una generosa capa de membrillo. Enrollar a lo largo, por la parte más larga hasta formar un cilindro apretando bien. Cortar rodajas de un dedo y medio aproximadamente, colocar sobre una placa de horno cubierta con papel de horno y pintar con huevo batido.
Meter al horno previamente calentado a 190º-200º durante unos 15 minutos o hasta que estén doraditos.
Dejar enfriar y el resto vosotros mismos.
BUEN FIN DE SEMANA