Reseña: Espontánea es una de las novedades de junio de la editorial Océano. Tras leer su sinopsis y ver que había referencias a Bon Jovi y que la premisa inicial parecía bastante interesante me decidí a pedirlo. ¿Cumpló? A medias.
La trama gira alrededor de una adolescente que cursa el último año de secundaria, Mara, a quien no le interesa nada; es un poco egoísta y bastante fanática del humor negro. Vamos, que es el modelo de adolescente del siglo XXI promedio. Un día, así de la nada, una de sus compañeras explota en la clase de cálculo. Desde ese momento, empieza a perder cada vez más compañeros de esta forma, que toma el nombre de Combustión Espontánea: la explosión o incineración de persones sin motivo o razón aparente, y cuyos cuerpos terminan siendo poco más que cenizas.
"Es posible que nunca hayas pensado en lo que mantiene la vida de una pieza. Hasta que, por supuesto, se hace pedazos."
Esta es una novela rara, debo decir que nunca había leído algo que siquiera se asemejara a Espontánea, un libro donde los estudiantes del último curso de una pequeña ciudad empiezan a combustionar uno a uno, y en que su protagonista no siente pena ni lástima por prácticamente ninguno. Creo que esta frialdad egoísta de Mara se puede interpretar como que el autor nos quiere mostrar cómo son muchos de los adolescentes de hoy: se preocupan por su bienestar y poco más. Y, como esa, hay varias críticas a la sociedad de hoy, cosa que me gustó.
Los personajes secundarios son de lo más variado: Tess, la mejor amiga de Mara, es una joven inteligente que quiere llegar lejos en la vida; los mellizos Dalton, dos camellos; Dylan, el novio de Mara, de quien hay muchos rumores sobre su pasado y la agente del FBI Carla Rosetti, que es uno de mis personajes favoritos del libro.
"A veces los motivos son extraños. Pero generalmente tienen sentido cuando se presenta toda la evidencia."
La narración es en primera persona, y rápida. Es un libro tranqui, no hay partes que sean densas o complejas. El problema es que la historia va tan rápido que: primero, nunca entendés dónde va el libro y segundo, cuando llega al final es imposible no sentirse desilusionado. Me pasé todo el libro formulando teorías sobre la causa de las combustiones espontáneas y cuando llegamos al desenlace terminé con inclusive más dudas de las que ya tenía.
En síntesis, Espontánea es algo fresco, que sirve para salir de lo típico en los Y.A. actuales y que se deja leer, pero que sin embargo, nunca termina de aclarar sus intenciones y nos deja con un final que no colabora mucho. Lo recomiendo a los lectores que busquen algo diferente a lo normal.