Entonces, aquí estoy (¡Cómo iba a faltar a semejante acontecimiento!): Con esta receta participo en el 1º Aniversario del Reto de Cocineros del Mundo. ¡¡Por muchos años más!!
Las naranjas, jugosas y carnosas, son más bien identificadas con el invierno por eso de la vitamina C que nos ayuda a combatir resfriados, alergias y gripes. En cambio, las frutillas ya nos anuncian la primavera con solo mirarlas. Por ello, decidí reunirlas en un mismo postre para despedir el invierno y darle la bienvenida a la primavera (en el hemisferio norte).
En tanto, para nosotros (quienes vivimos en el hemisferio sur) este postre nos permite conjugar dos frutas deliciosas en una receta simple y exquisita para disfrutar de un final de verano a toda fiesta.
Les dejo el listado de ingredientes para que se animen a festejar conmigo la llegada de la primavera-el otoño a nuestras vidas.
Nos ponemos a cocinar...
Remojá 1 cucharada colmada de gelatina en polvo sin sabor (o neutra)* en 1/4 de taza de agua fría (60 ml).
Aparte, rallá la cáscara de 2 naranjas (puede ser 1 naranja XL) y agregale su jugo, colándolo para que no queden restos de pulpa. Colocá estos ingredientes en una ollita e incorporá 4 yemas, una pizca de sal y 1/2 taza de azúcar.
Llevá a fuego bajo, revolviendo constantemente, cuidando que no llegue a romper el hervor porque se cortaría. Entonces, añadí la gelatina remojada (que debe haber formado un gel uniforme, copiando el recipiente donde fue colocada) y continuá revolviendo para disolverla muy bien. Retirá del fuego y reservá.
Aparte, batí 4 claras a nieve junto con una pizca de sal. Agregá de a poco, y sin dejar de batir, la 1/2 taza de azúcar restante.
Poco a poco, mientras continuás batiendo con batidora eléctrica, verté sobre las claras bien montadas el batido de jugo de naranjas, yemas, azúcar y gelatina. Batí con energía para lograr una textura bien aireada (similar a la de una mousse). Luego, volcá la mezcla obtenida en vasos, copas o frascos (recordá que deben estar bien limpios y esterilizados).
Llevá a la heladera para que solidifique. Algunas horas antes de servir, decorá con frutillas en rodajas y gajos de naranja pelados a vivo/pelados a lo vivo/pelados en vivo (con cuchillo se pela la naranja, quitándole los polos y, acompañando la forma de la fruta con el cuchillo, se la deja sin nada de su cáscara/piel; entonces, se corta cada gajo, resguardando la carne/pulpa de la fruta y desechando el hollejo).
Este final de comida hará las delicias de familia e invitados con su frescura, sabor bien marcado a naranjas y su sencillez. Cucharada a cucharada irá conquistando hasta los paladares más exigentes en una receta apta para cocineros principiantes, avanzados y aficionados.
Además, al prepararlo en frascos (con tapa) podemos llevarlo a picnics y salidas de campo sin inconvenientes, disfrutando alaire libre de un exquisito postre.
La textura o consistencia final de este postre deberá quedar bien aireada como si se tratara de una espuma (de allí su nombre). Eso se logrará con unos cuantos minutos de batidora eléctrica, nada más.
Si querés preparar un postre capaz de provocar en los comensales suspiros de aprobación, aunque no tengas mucha maña en la cocina, éste es el indicado. Te lo aseguro; no te vas a arrepentir.
Observaciones finales: *Una cucharada colmada de gelatina en polvo sin sabor (o neutra) equivale a unos 9 gramos de dicho producto.
En lugar de utilizar naranjas se puede realizar con limones, mandarinas o pomelos.Además de fruta fresca para decorar o acompañar el plato, puede emplearse praliné o crocante de frutos secos; en la variación de texturas se obtendrá un enriquecimiento de la receta.
Espero que se animen a probar este postre porque en verdad es delicioso, bien fresco, ideal para terminar una comida con un plato liviano y algo digestivo. En casa les encantó a todos; quedaron enamorados de su textura suave, bien aireada y tersa.
Les deseo una hermosa semana. ¡Experimenten en la cocina y sean felices!