Esquiroles

Publicado el 25 septiembre 2010 por Cronicasbarbaras

El próximo día 29 la huelga general puede parar el país, pero sólo gracias a que habrá muchos esquiroles: los sindicalistas que trabajarán impidiendo trabajar y que atacan a los creadores de trabajo, los empresarios, con piquetes y la publicidad de Chiquilicuatre.

Obsérvese que nadie se sindica ya en España. Los responsables de CC.OO. y UGT se niegan a mostrar sus censos y nóminas para que ignoremos que no tienen cotizantes voluntarios, ni que explotan en sus oficinas, como patrones esclavistas, a sus propios empleados.

Esta huelga será la expresión más vívida de la oclocracia sindical, o degeneración del sindicalismo, en la que los más ociosos y demagogos privarán del salario de un día a los trabajadores.

El 29 se desarrollará una azarosa representación teatral, pero no contra la reforma laboral, el incremento del IVA contra los más pobres, la reducción de salarios y la congelación de las pensiones, entre otras medidas que este Gobierno juró no tomar porque eran ultraderechistas.

Los sindicatos no van contra el primer responsable del desastre, Zapatero. Hasta llegan a acuerdos amistosos con él sobre servicios mínimos, para que ambos queden bien: los bomberos no se pisan las mangueras, y en un mismo ejército la artillería no le dispara a la infantería.

El objetivo principal es el PP, sobre todo de Madrid. Quieren la cabeza de Esperanza Aguirre, el escaparate más visible del liberalismo, y facilitar su sustitución por la pupila de Z., Trini Jiménez.

Segundo objetivo: los empresarios, creadores del ochenta por ciento de los puestos de trabajo, presentados como libidinosos y miserables avaros.

El próximo miércoles los más de 300.000 liberados y delegados sindicales serán los grandes esquiroles porque trabajarán denodadamente recorriendo el país con piquetes de puños y porras.

Bregarán como nunca en su vida haciendo de boxeadores y devastadores. Destrozarán heroicamente todo lo productivo que encuentren abierto, y cobrarán abundantes horas extras.

Después, sus jefes encorbatados se irán de cruceros.