Se conocían los ataques preventivos, las campañas de vacunación preventivas, las guerras preventivas e incluso las huelgas preventivas. Lo que aún no se había inventado es el esquirolismo preventivo, o como reaccionar a una huelga general que nadie ha anunciado, ni nadie ha convocado, ni nadie (al menos nadie con capacidad real de convocarla) tiene en agenda.
Frente a la prudencia con la que Mariano Rajoy ha afrontado su victoria electoral, una serie de cuadros dirigentes del partido y sobretodo el sector más ultra mediático ya está actuando contra una huelga general contra el gobierno del PP que aún nadie ha convocada, ni anunciada, ni pensado, ni ha amenazado con ella.
Ya escribí sobre este tema recientemente, los sindicatos han tendido la mano al nuevo gobierno. Como es normal, y más con la actual situación. Pensaba que el tema era algo que sería fruto de los nervios de la reciente victoria, pero vemos que incluso diputados autonómicos alegremente utilizan este esquirolismo preventivo.
Nadie en el mundo sindical serio quiere organizar ninguna huelga general, es una muestra de un fracaso de todas las partes por llegar a un acuerdo, es un desgaste muy fuerte para los organizadores y además tiene un coste económico para el sector privado y para los trabajadores. Parece como si a algunos dirigentes del PP y opinadores del TDT-Party necesitan que se convoque para hacer encajar su visión que tienen de los sindicatos con la realidad de lo que son. Por pura ansia de acallar su disonancia cognitiva desean que esa huelga general sea convocada.
Dirigentes del PP, ustedes hagan bien su trabajo, ayuden a que salgamos de la crisis (o al menos no pongan demasiadas trabas haciendo que el sistema público se encoja tanto que agrave la recesión), que por suerte tienen en España unos sindicatos bastante serios y responsables.