Sucediendo a la capital de Eslovenia, Liubliana, la Comisión Europea ha reconocido a la ciudad alemana de Essen como Capital Verde Europea 2017, reconociendo así el trabajo llevado acabo transformando un foco minero contaminado en todo un referente de ciudad sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Como sabréis, el premio Capital Verde Europea es un galardón instituido y gestionado por la Comisión Europea para reconocer a las ciudades que mejor se ocupan del medio ambiente y del entorno vital de sus habitantes. El premio está abierto, además de a los 27 países miembros de la Unión Europea, a los países candidatos oficiales, y a los países del Espacio Económico Europeo.
La ciudad que cada año ostenta la capitalidad ejerce de modelo de actuación verde y comparte sus prácticas con otras ciudades
Essen, al igual que Bonn, se encuentra en Renania del Norte-Westfalia, que es el estado más poblado de Alemania. Bonn va a acoger este próximo noviembre la COP23, Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, y que estará presidida por las Islas Fiji y donde el gobierno alemán se ha brindado para organizar el encuentro.
Cuando se alzan voces desde distintas urbes para reclamar la importancia de la acción climática en las zonas urbanas, algunas de ellas están implementando planes para ser sostenibles y estar en línea con el principal objetivo del Acuerdo de París.
Recordemos que en la COP21 se suscribió el compromiso de limitar el aumento de la temperatura media mundial lo más cerca posible de 1,5 grados centígrados
El papel de las ciudades es primordial ya que es en ellas donde se consume la mayor parte de la energía mundial, y donde se producen la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Como ya hemos comentado, Essen fue uno de los centros más importantes de la industria alemana del carbón y del acero, y se ha convertido en la primera ciudad minera en alcanzar el galardón de Capital Verde Europea.
Essen inició su relación con el carbón a gran escala a principios del siglo XIX, extendiéndose ésta hasta el cierre de la última mina de carbón en 1986. Desde entonces, la ciudad ha trabajado duro para reinventarse y llegar a ser un próspero centro financiero y de servicios.
En sus planes de respecto del entorno natural y de su diversidad, Essen ha construido corredores verdes, además poner en marchar un ambicioso proyecto de restauración ambiental del río Emscher.
Así mismo, en lo que se conoce como Cinturón de Krupp y se ubicaba la fundición de acero del mismo nombre, se ha construido un área recreativa arbolada y con carriles – bici para el disfrute ciudadano.
La ciudad de Essen tiene planes para reducir sus emisiones de CO2 en un 40% para el 2020, comparado con niveles de 1990. Ya en 2011, sus emisiones habían disminuido casi un 30%, superando la media de reducción de Alemania.
Esto ha sido posible gracias a una combinación de medidas a nivel nacional, estatal y local, con las que se ha logrado reducir el uso de combustibles fósiles, y extender el uso de la calefacción centralizada (district heating) y el despliegue de energías renovables.
Desde el 2010, la ciudad consume electricidad limpia certificada, y desde el 2012, asesora a todos los actores relevantes sobre buenas prácticas ecointeligentes a través de una agencia climática municipal creada para tal efecto.
Seguro que después de lo que te hemos contado, te apetece planificar una visita para conocer esta urbe y disfrutar tanto de su entorno como de su gente, así como de las más de 300 actividades programadas en Essen a lo largo de este año, y que cuentan con una importante implicación y participación ciudadana.
Os dejamos con un vídeo sobre Essen, nuestra Capital Verde Europea para 2017:
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