El gobierno, incapaz de ser austero y de ahorrar, está esquilmando esos fondos de reserva. Esa práctica, aunque legal, es nauseabunda y constituye, a todas luces, un saqueo contra los intereses del ciudadano. Si fuera necesario, tendría perdón pero el gobierno recurre a los ya escasos ahorros de la Seguridad Social, una y otra vez, porque es incapaz de ser austero y sigue despilfarrando sin decoro ni decencia. Es la consecuencia de estar gobernados por gente sin ética, ni respeto al bien común, ni decencia democrática.
El gobierno de Rajoy gobierna sin escrúpulos y es incapaz de sentir dolor o arrepentimiento ante decisiones que adopta pese a que traen consigo un profundo daño para España y para sus ciudadanos. El gobierno ha invertido gran parte de los ahorros de la Seguridad Social en deuda española, lo que representa, según numerosos analistas y medios internacionales, un enorme riesgo para los pensionistas y una decisión que bordea la irresponsabilidad y el abuso de poder. Según otros muchos expertos, también está utilizando la hucha de la Seguridad Social, destinada a pagar pensiones en tiempos de crisis, de manera abusiva y frívola, sin practicar la austeridad e intentar siquiera reservar esos fondos para un futuro que podría ser mas difícil que el ya durísimo presente.
El gobierno de Rajoy es despilfarrador y recurre con demasiada facilidad a políticas que causan estragos en la sociedad española y en las finanzas nacionales: cobra impuestos que pueden considerarse abusivos; en lugar de reducir el tamaño del Estado; incrementa los puestos públicos; contrata mas asesores, despilfarra y se endeuda a un ritmo mayor que el que impuso Zapatero a España cuando la llevó hasta el borde de la ruina, y opta fácilmente por imponer sacrificios a los ciudadanos sin aplicar la misma medicina a los privilegios y ventajas, inmerecidas y desproporcionadas, de la clase política española.
Esa política, abiertamente injusta, sin sensibilidad democrática e inmisericorde, es la consecuencia de la baja calidad de la democracia española, donde los políticos nunca son responsables de los estragos que causan al país y a sus ciudadanos, un escandaloso e indecente abuso de poder, claramente antidemocrático y algunas veces delictivo, que está alimentando el rechazo y el odio ciudadanos a sus políticos, un drama que, si sigue creciendo, puede conducir a España hasta estallidos violentos y dramas sociales y políticos de gran envergadura.