Ven. Siéntate a mi lado y compartamos una historia
¿Recuerdas cuando tenías 15 años?
¡Qué bonito y sencillo era todo! No tenías más preocupación que vivir contento. Bueno, también arreglarte y actuar como un tonto con la esperanza de que ese amor de instituto se fijara en ti.
Yo pasaba mis días sin demasiadas preocupaciones, jugando al baloncesto y disfrutando de unas películas. Todo iba bien hasta que algún conocido mío tenía un problema.
Entonces me vestía de superhéroe y le ayudaba en todo lo que podía. Fuera cual fuera su problema ese también era el mío:
- Si mi amigo se sentía deprimido por las notas, nos encerrábamos en una habitación, le explicaba todo lo que necesitaba saber y le subía esos ánimos.
- Si no se atrevía a hablar con la chica que le gustaba podía contar con mi ayuda. Yo era muy tímido y tartamudeaba cuando tenía que hablar casi con cualquier chica pero si se trataba de un bien mayor, si se trataba de ayudar a un amigo entonces me convertía en un galán sin apenas esfuerzo.
Después de esto yo seguía con mis asignaturas, mis películas, mi rutina y mi amigo se iba contento y aliviado por tener las cosas más claras.
Se podría decir que ayudar a los que tenían grandes problemas era mi pasión...
¿Puedes imaginarte a qué me dedico? Soy físico y estudio un máster en astrofísica.
Obviamente alguien no ha estado escuchando aquí a su voz interior.
La propuesta de la sociedad
Así fue. Durante 21 años de mi vida he seguido el camino que tan cómodamente alguien iba descubriendo delante de mí:
- Sé un chico aplicado en el colegio.
- Saca buenas notas para elegir la carrera que "deseas".
- ¿Tomarse un año sabático? No pierdas el tiempo
- Estudia mucho en la carrera para asegurarte un trabajo.
Y, lo juro, yo iba bien encaminado... Pero llegó un día, hace un par de años, en el que algo en mi estómago empezó a rascar las paredes como queriendo escapar.
Pronto esa incómoda sensación se propagó hasta llegar a la garganta.
Entonces, cuando alguien me preguntaba cómo iban los estudios un "bien" cargado de miedo y falsedad se forjaba entre mis cuerdas vocales.
Sabía que algo estaba pasando así que llamé a esa psicóloga que todos tenemos (nuestras madres) y le comenté lo que me pasaba. "Esas dudas nos entran a todos, no te preocupes" fue lo que me contestó.
¿Y ya? ¿Y esta sensación de sentirme incompleto y destinado a algo más?
Entonces, recordé la historia que te acabo de contar sobre mi infancia y decidí que iba a vivir mi vida.
Decidí que iba a crear mi vida.
Porque la vida es demasiado corta para desperdiciarla.
Si tú estás en una situación similar en la que no tienes clara tu verdadera pasión déjame que te diga algo: no es tu culpa.
La verdad es que hoy en día mucha más gente de la que crees se encuentra atrapada en una carrera o en un trabajo que no le llena...
Pero el problema es que no saben cómo descubrir aquello que les mueva.
Hoy, si me pidieran un sólo consejo para averiguar qué es lo que quieres hacer en tu vida me bastarían 3 palabras:
Escucha, actúa, escucha.Usa esta fórmula y podrás averiguar tu propósito o tu talento en la vida. No hay más. No hay secretos.
Pero es crucial que comprendas qué implica cada palabra y también es importante el orden en el que están dispuestas.
Así que, si te estás preguntando qué debes hacer ahora que las cosas no están claras, asegúrate de entender lo que representa E.A.E. y quizás por el camino te encuentres con algún regalo...
Paso 1.- Escucha
Hora tras hora en nuestros días hay un constante ruido: la televisión, las notificaciones del móvil, las conversaciones "estilo ascensor" (esas que no aportan nada)... Incluso leer. Cualquier cosa que nos distraiga y nos aleje de esa voz interior.
La respuesta que buscamos está más allá de este ruido, así que lo más fácil que podemos hacer es silenciarlo durante un rato. Apaga el móvil y la televisión. Quédate sólo contigo mismo/a.
Aun así, la cabeza estará llena de pensamientos:
"¿Qué estoy haciendo? Podría aprovechar para poner la lavadora. ¡Vaya pérdida de tiempo!".
Déjalos vivir. Oye pero no escuches.
En este estado de serenidad y tranquilidad nos ponemos manos a la obra.
Toca ponerse el disfraz de Sherlock Holmes y empezar a sacar hipótesis que más tarde comprobaremos.
Piensa en los momentos más plenos de tu vida. Esos instantes en los que sentías la vida correr por tus venas con energía e ilusión. Quizás momentos en los que se te aceleró el corazón.
Recuerda ese instante lo mejor que puedas con todos los detalles que no se te hayan olvidado todavía.
Ahora dime:
- ¿Qué estabas haciendo? Lo más seguro es que "eso" fuera muy importante para ti. Quizás sea una de tus pasiones que ahora están ocultas después de tantos años.
- ¿Qué entorno te rodeaba? Muchas veces nos sentimos plenos y realizados no sólo por lo que hacemos sino también por cómo y con quién lo hacemos. Si en el mejor instante de tu vida estabas rodeado de gente, ¿adivina qué? Seguramente necesites rodearte de gente para vivir más plenamente.
- ¿Te seguiría poniendo los pelos de punta si lo volvieras a hacer hoy? Porque con el tiempo las personas cambiamos nuestra forma de ver las cosas, nuestra actitud e incluso nuestros gustos. Puede que lo que antes te gustaba ahora ya no te parezca tan atractivo, así que asegúrate de que todavía te sigue emocionando.
Después de escuchar tus respuestas a estas preguntas atrévete a completar esta frase:
"Mi pasión en esta vida es ...."No importa si no lo tienes claro al 100%. No importa si sólo tienes un ligero hormigueo en el estómago. Atrévete, sin miedo ni ataduras. Es sólo una frase... de momento
Estrategia alternativa
Si esta estrategia no funciona contigo o si quieres asegurarte más de que lo que has descubierto es tu pasión, usa esta otra estrategia:
Trata de imaginar un mes de tu vida ideal. No un día ni una semana porque puedes pensar que son vacaciones, todo 1 mes: con tu familia, en ese lugar tan espléndido y haciendo el trabajo que disfrutas. ¿Qué es lo que ves?
Seguro que de este ejercicio puedes sacar alguna idea sobre qué es lo que quieres hacer.
Este es el primer paso para descubrir a qué dedicar tu vida. Escucharse a uno mismo: conocerte lo mejor que puedas. Diviértete creando estas hipótesis. Descubrirse a uno mismo es algo asombrosamente entretenido.
Paso 2.- Actúa
De escucharnos a nosotros mismos tenemos ya una ligera idea sobre qué es lo que queremos hacer con nuestra vida. El segundo paso de la fórmula E.A.E es la parte que a mucha gente le aterroriza: empezar a hacerlo.
Pero creo que resulta difícil por la manera en la que se enfoca.
Déjame que recurra de nuevo a mi caso, ya que soy el ejemplo que tengo más a mano y te contaré un secreto.
Cuando me encontré haciendo astrofísica pero sabiendo que lo quería era ayudar a los demás tuve que hacer algo. Así que me dije a mi mismo que iba a intentarlo en el mundo del fitness.
Empecé un blog sobre ese tema (poca gente lo sabe) pero fracasé porque no me motivaba lo más mínimo hablar de cuantas sentadillas tenía que hacer o qué alimentos están prohibidos.
¿Y qué si fracasé? No importa si no acertamos a la primera. Cuando estés eligiendo qué es lo que vas a hacer míralo como si fuera una novia de instituto y no tu pareja para toda la vida (sin menospreciar a esos amores juveniles).
No tienes que casarte con esa idea. Pruébala y veamos si funciona.
Antes solía pasarme horas y horas pensando en si hacer esta cosa u otra. O si esto era lo que más me gustaba... No hagas tú lo mismo.
Recuerda: A de Actúa. Reflexionar es necesario, pero sólo pensando no se llega a ningún sitio.
Paso 3.- Escucha
Esta es la parte más importante de toda la fórmula. Después de haber jugado a ser un científico creando nuestras hipótesis y probando a ver si funcionan, toca reflexionar de nuevo.
Pregúntale a cualquier científico y te dirá que todo experimento se hace por una sola razón: sacar conclusiones.
Esa es la parte más divertida pero también la que más miedo nos puede causar porque no sabemos lo que nos podemos encontrar.
Vuelve a alejarte del ruido para poder escucharte muy adentro y pregúntate: ¿Dentro de 5 o 10 años me veo haciendo esto para vivir?
No escuches esa voz negativa que te dice: "Seguro que te equivocas..." o "De esto no se puede vivir..." Si eso es lo que quieres, hay formas de conseguirlo.
Si te das cuenta de que realmente no es eso lo que quieres: vuelve a empezar. No es un fracaso. Solamente hay fracaso si no aprendes de tus errores.
Personalmente, de aquel experimento de mi primera web de fitness aprendí varias cosas:
- No me apasiona hablar sobre los ejercicios o las dietas. Sino más bien cómo bajar de peso sin dieta.
- Echaba de menos contribuir a mejorar la vida de los demás más allá del nivel físico.
- Necesito escuchar lo que me dicen mis lectores y hablar de las cosas que a ellos más les preocupan.
Así que volví a empezar. Creé un blog muy general para hablar de desarrollo personal y escuchando a mis suscriptores correo tras correo me centré en el tema más demandado: cómo ser más constante y lograr lo que se proponen.
Ahora ayudo a emprendedores a no perder la pasión por su negocio, a deportistas a no desmotivarse y seguir mejorando, a gente como tú a no procrastinar y conseguir lo que desean.
Ahora trabajo con pasión.Descubre tu pasión ahora pero ten en cuenta esto
Todo en esta vida tiene un significado. Y esos momentos de crisis en los que nos replanteamos qué queremos hacer con nuestras vidas están gritando a los 4 vientos:
"Reinvéntate. Vive acorde con quién eres y ve hacia donde está quien quieres ser".Por eso, no esperes descubrir tu pasión y que no cambie nunca. Prepárate para ir variando a lo largo del camino. Lo único que debes tener como persistente y fijo son tus ganas por mejorar a diario.
Y ahora para acabar, deja un comentario escribiendo cuál es tu pasión (primera E de escuchar) y cuál es la acción que vas a empezar ahora.
Fuente: https://rutakaizen.com/formula-para-descubrir-que-quieres-l/