He decidido seguir a Cristo, he decidido seguir a Cristo, no vuelvo a tras, no vuelvo a tras.Hace unos días me encontré con una hermosa historia en Facebook, una historia que me ha conmovido totalmente hasta las lagrimas, y no por emoción ni sentimientos, sino porque estremece mi alma de la presencia de DIOS al escucharla. Y con el titulo de esta publicación puede que tu también la hayas oído, y hasta que la hayas cantado toda tu vida pero nunca supiste la historia de quien la compuso ni lo que sucedió con el compositor de este bellísimo himno He Decidido Seguir a Cristo.
La historia nos lleva hasta la India, donde un hombre junto a su familia habían aceptado a Cristo como su salvador, tan pronto el pueblo se enteró de ello se armó una turba y los llevaron hasta la plaza donde el jefe los comenzó a amenazarlos de muerte con la intención de que negaran su fe y renunciaran a Jesús.
El relato (en los vídeos a lo largo de este post) nos muestra maravillosamente como debemos actuar los verdaderos discípulos de Cristo. Y aunque este hombre que lo perdió todo haya cantado "Seguir a Cristo", su testimonio muestra que no era un seguidor, sino un discípulo. Porque solo un discípulo de Cristo daría su vida como lo dio aquel hombre.
Aunque muchas veces nosotros solemos decir: "jamás te dejaré Jesús", y prometemos con todas nuestras fuerzas, pero tan pronto vemos que se pone la cosa fea salimos disparados y dejamos a nuestro amado Salvador para irnos tras aquello que creemos es más importante que Él.
Para quienes no hemos tenido que pasar situaciones como la de este hombre y su familia, y la que viven a diario los cristianos perseguidos en el mundo, es fácil hacer alarde de nuestra fe en Jesús, pero algún día habrá que poner fuertemente a prueba esa fe que decimos tener. Es verdad, las cosas que vivimos a diario son difíciles para nosotros. Un hijo enfermo, la falta de trabajo, la bancarrota de tu empresa, todo esto es difícil para quienes seguimos las pisadas del maestro, pero nada ni nadie debe hacernos desmayar ante lo que creemos con él corazón.
Hay una gran diferencia entre una fe genuina y una fe de light. Aprendamos a distinguirla todos los días y vivamos forjando la fe en nuestras vidas, que algún día nos tocará pasar una situación similar y ahí seremos probados realmente, y quizá muy poco digamos: "He decidido seguir a Cristo, no vuelvo a tras, no vuelvo a tras".