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Nick Redland, veintisiete años. Devastadoramente guapo, y atrapado en una espiral de angustia ante la proximidad de su cumpleaños número treinta. Sienna Walker, veinte años. Joven, bonita y con miedo al amor. Londres es una ciudad en la que todo parece posible. Tomemos el primer encuentro entre Sienna y Nick: no podría ser más diferente de lo que ocurre en las historias de amor, ya que se conocen gracias a una ardilla con esquís acuáticos. Cuando Nick alza hacia ella sus peligrosos ojos pardos, Sienna se repite a sí misma, como un mantra: «No te pierdas en ellos.» Sienna tiene una apariencia frágil y guarda unos cuantos secretos, entre ellos el amor que siente hacia Nick, que crece día a día. Él, por su parte, no parece tomarse las cosas muy en serio. Además, es sabido que suele dejar detrás de sí un reguero de corazones rotos. Dos personas predestinadas a no vivir la hermosa historia de amor que anhelan más que nada en el mundo… Una novela fresca y romántica que encantará a quienes disfrutaron con películas como Cuando Harry encontró a Sally.
Así que, como os comentaba, corrí rauda al ordenador para volver a leer la reseña que escribí al respecto, -esa es una de las ventajas de tener un blog de libros-, y automáticamente me deprimí. Si hiciera un copy/paste de aquella reseña, y cambiara “Vince & Joy… y las trampas del destino” por “Esta es una historia de amor” y demás nombres propios… ¡Podría valerme exactamente la misma reseña! Ya no es solo lamentable que puedan existir dos libros tan parecidos y con finales tan deprimentes y cutres, también está el hecho de… ¿qué escribo yo ahora?
En cualquier caso, como estoy un pelín cabreada, os recomiendo que no sigáis leyendo si os gustaría leer este libro. Supongo que no es la portada precisamente lo que os habrá llamado la atención. En cuanto al libro, no os perdéis mucho si finalmente no lo leéis. A partir de aquí habrá spoilers y ese tipo de asuntos que odiáis, asi que STOP READING si quieres leer este libro.
En honor a la verdad, he de decir que Vince & Joy… y las trampas del destino, es mejor libro que Esta es una historia de amor. Si os acordáis, sabréis que, de no ser por el espantoso final en plan invéntatelo-tu-mismo, el libro de Lisa Jewell hubiera sido un libro de 10, o de 5 estrellas, como calificamos por aquí. Aunque en Esta es una historia de amor los protagonistas llegan a darse un besillo y a decirse que se quieren, a pesar de que la autora dedica media página al asunto, como libro es peor. En Vince & Joy… y las trampas del destino se relataba una historia de amor, bonita a más no poder, pero, además, era una oda a los 90, a la juventud de entonces, a encontrar el sitio de uno en la vida… Esta es una historia de amor, no es tan profunda… se queda un poco en la superficie, aunque a la protagonista se le ponga a la altura de un Nobel de la Paz o de Teresa de Calcuta.
En definitiva, típica historia de encuentros y desencuentros, que hubiera sido bastante potable si no tuviera ese horrible final. Vamos a ver, el libro engancha bastante, se lee fácilmente, y hasta la penúltima página mola cantidad. Además acaba bien… El problema es cómo acaba. ¿Qué queréis que os diga? Eso de pasar página, en el clímax de una historia, y que te aparezcan los agradecimientos, -que, por cierto, quién se lee los agradecimientos-, me sienta como una patada en lo más profundo de mi ser… por no decir otra cosa. ¿Qué les cuesta terminar las cosas como Dios manda? Con lo que se enrollan y se enrollan con todas esas situaciones de casi-te-digo-que-te-quiero-pero-no o en las descripciones tipo qué-guapo-estas-en-pijama, ¿Qué les cuesta dedicarle unas paginitas a lo más importante del libro? ¿Lo harán queriendo? ¿Habrá lectores que se emocionarán con este tipo de finales abiertos? Hay mucha gente rara por el mundo, eso es cierto. Ainss, con lo bonito que es un buen epílogo…
En fin… Tanto leer Vince & Joy… y las trampas del destino como Esta es una historia de amor, bajo mi punto de vista, es una pérdida de tiempo. El primero tiene un pase… El segundo, en fin… si os gusta que os den con una puerta en los morros, o que os echen encima un jarro de agua fría o si os gustan más los agradecimientos del autor que un buen final… ¡Es vuestro libro! Yo os recomiendo, mil veces más, Siempre el mismo día de David Nicholls. No es un libro fácil, pero es magnífico, muy en la línea de estas dos novelas inacabadas… pero no hay color… ¡creedme!