Con Pedro I “el Sánchez” ha pasado lo que estaba previsto y nos temíamos: se ha sentado en la poltrona del poder y, cada vez peor, deja que sus ministros alternen entre ellos luchas revestidas de ambiciones ideológicas desde su incompetencia.A todo esto, lo principal ha sido que el gobierno ha hecho de todo menos gobernar, ya que ni se enteró de que venía la tremenda pandemia que estamos
sufriendo, bien que esta lenidad la han tenido prácticamente todos los ejecutivos del mundo.Pero cuando el pseudo-gobierno de “el Sánchez” comprobó que había que gobernar, optó no solamente por declarar el estado de alarma, sino por lanzarse a la improvisación de dictar Decretos-leyes a troche y moche, regulando mal que bien las consecuencias sociales y económicas de sus decisiones de apariencia autoritaria y de realidad destructiva.Ya se presumía que la pandemia iba a romperlo todo, pero con lo que no se contaba era con un poder ejecutivo tan egoísta, tan ignorante y tan poco preparado, que se lanzó a dictar decisiones nada estudiadas, que después ha tenido que ir parcheando como ha podido, mientras unos días dice que
“El egoísta se ama a sí mismo sin rivales”.- Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA