Esta España nuestra.- Enoturismo: Vinos del Mediterráneo alicantino en Bodegas Bocopa

Publicado el 11 febrero 2014 por Salpebu

El enoturismo o turismo enológico es aquel tipo de turismo dedicado a potenciar y gestionar la riqueza vitivinícola de una determinada zona. Se relaciona con el turismo gastronómico, cultural (arquitectura, arte) y de la salud-belleza (vinoterapia). Los turistas conocen cada zona vitivinícola a través de la degustación de sus vinos y la visita a bodegas y viñedos.
Cada día más, todo tipo de visitantes, se acercan a las bodegas a conocer más sobre el proceso de elaboración del vino. En estas visitas además de conocer en primera persona la arquitectura de las bodegas aprenden todo sobre el proceso de elaboración del vino, desde la recogida de la uva hasta su embotellamiento.
Finalmente, en la gran mayoría de las bodegas, se obsequia al visitante con una degustación de sus vinos.
Una forma distinta de adentrarte en el mundo del vino que día tras día está más de moda.

Enoturismo internacional



  • Australia: Zonas vitivinícolas de Nueva Gales del Sur y Victoria.

  • Chile: Existen dentro del país alrededor de nueve Rutas del Vino desde el valle del Limarí en el norte hasta el valle del Itata en el sur. Destacan la ruta del vino del valle de Colchagua en la Región de O'Higgins, y las rutas del vino del Maule y de Curicó en la Región del Maule, entre otras. Más recientemente se ha unido a éstas, la ruta del vino del valle del Biobío.
  • España: Son múltiples las rutas del vino en España: Jerez, Jumilla, Rias Baixas, Ribera del Duero, Navarra, Rioja Alta, Rioja Alavesa, Penedes, La Mancha, Somontano, Alicante, Yecla, Montilla Moriles, Ribera del Guadiana, Tenerife. Todas cargadas de grandes propuestas de turismo: cultura, gastronomía, deportes de acción, ocio, playa. Existe una fuente de información permantente en Acevin


  • Europa: Oporto y el valle del Duero en Portugal; Burdeos en Francia

  • México: Zonas vitivinícolas de Ensenada, Baja California; Parras, Coahuila; Ezequiel Montes, Queretaro. Existen agencias de viajes dedicadas a proporcionar recorridos y visitas guiadas en las empresas vitivinícolas.

(De Wikipedia y otras fuentes)

Alicante es una denominación de origenvinícola de la provincia de Alicante, España. La zona vinícola se divide en dos subzonas: La Marina, en la costa norte alicantina, y la de Vinalopó, que se extiende hasta los límites con Castilla-La Mancha y la Región de Murcia. Tiene una extensión de 14.256 ha y cuenta con 50 bodegas inscritas. Obtuvo la calificación de denominación de origen en el año 1932
El entorno
La altitud media de los viñedos es de 600 metros. Los suelos son principalmente calizos, sanos y con nula presencia de materia orgánica. El clima es mediterráneo tendiendo a continental hacia el interior con una pluviometría entre los 300 mm (Subzona Alicante) y los 500 mm (Subzona La Marina).
Los vinos dulces en Alicante son una producción minoritaria. Sin embargo su tradición cultural, su amplia gama y sus personales características los han hecho más famosos que incluso sus vinos tintos tranquilos (estos sí mayoritarios). A ello contribuye sin duda el
peso de una tradición. Una tradición enológica que ha estado durante años formando parte de una cultura gastronómica de esencia mediterránea. Junto con la almendra, la miel, las frutas frescas y las secas, los moscateles han formado un muestrario perfecto de agricultura variada, minifundista, de tradición árabe, casi inalterable durante siglos. Y de perfecto entendimiento hombre-campo.
Uvas

Añadas
  • 1980 Buena
  • 1981 Buena
  • 1982 Buena
  • 1983 Regular
  • 1984 Regular
  • 1985 Buena
  • 1986 Regular
  • 1987 Muy buena
  • 1988 Buena
  • 1989 Buena
  • 1990 Muy buena
  • 1991 Buena
  • 1992 Buena
  • 1993 Buena
  • 1994 Buena
  • 1995 Buena
  • 1996 Buena
  • 1997 Buena
  • 1998 Muy buena
  • 1999 Muy buena
  • 2000 Muy buena
  • 2001 Muy buena
  • 2002 Buena
  • 2003 Buena
  • 2004 Muy buena
  • 2005 Muy buena
  • 2006 Excelente
  • 2007 Muy buena
  • 2008 Excelente
  • 2009 Muy buena
  • 2010 Muy buena

(De Wikipedia y otras fuentes)

Ya habrá comprobado el lector asiduo que en mis periplos por España y por el mundo que narro en este blog, voy prestando, con mis acompañantes, especialmente mi esposa, hijos y amigos interesados, una especial atención a la cultura del vino, que en nuestro país ofrece tantas posibilidades, por la variedad de tierras y de climas y por las diferentes formas de cultivo y tratamiento de los alcoholes.
Así, después de la visita a bodegas Pago de Calzadilla, en Huete, decidimos con Oscar y Esther, una simpática pareja de jóvenes valenciano-alicantinos, y con nuestra hija Katia y Pau, su novio, continuar nuestras experiencias en Enoturismo.
Procurando aprovechar las bodegas no demasiado lejanas de nuestra residencia, de manera que se pudiera efectuar una visita y cata o degustación, con retorno en el mismo día, seleccionamos Bodegas Bocopa, radicada su sede central en Petrer, Alicante, junto a la Autovía Alicante-Madrid, y allí nos dirigimos el pasado sábado, previa reserva de visita.
Teníamos curiosidad en conocer alguna posible novedad sobre los vinos que trata y comercializa esta empresa, pues ya conocemos otras de la Comunidad Valenciana, y por ello, a una hora algo
temprana para ser un sábado libre de obligaciones laborales, salimos de Valencia por la A-7 (no se confunda con la AP-7, que es de peaje y tiene otro trazado), y bordeando Alginet, L’Alcudia y las cercanías de Xátiva, desviamos en dirección a Ontinyent y Alcoy, para, por los túneles de L’Ollería, pasar por Aielo de Malferit, bordear Ontinyent y seguir hasta el puerto de Albaida, que abre a la comarca de l’Alcoiá, por Muro de Alcoi y Cocentaina.
Por los túneles sobre el barranco de La Batalla, se sigue el curso de la AP-7 hasta sobrepasar Ibi, tomando a continuación la autovía que se dirige hacia Villena, enlazando en las cercanías de Petrer con la A-31, de Madrid a Alicante.
A unos dos o tres kilómetros de Petrer y Elda, en la salida "Elda-Hospital”, está el acceso al polígono industrial Les Pedreres, en el que, como atalaya sobre la autovía, se alza el edificio de Bodegas Bocopa.
A nuestra llegada, algo anticipada al horario de visita, ya hallamos un grupo numeroso de visitantes a la espera, que después comprobamos se trataba de un grupo de senderistas que iba a visitar las bodegas, degustar los vinos y continuar con un almuerzo campestre por las proximidades.
Y más o menos a la hora prevista, una simpática azafata, o comercial, Mónica de nombre, nos franqueó el acceso, situándonos en una sala de catas (con ordenadas piletas para facilitar la degustación), en la que se proyectó un video sobre las bodegas, sus vinos, marcas, calidades y zonas, procesos de fabricación, etcétera.
Tras ello, pasamos al interior de la industria, a la sala de enormes cubas, en las que se nos explicó el tiempo de maduración y elaboración de cada variedad, detalles de estrujado (que cada una de
las cooperativas miembro efectúa en sus propias bodegas, trasladando seguidamente el mosto a esta factoría o bodega principal), tiempo de permanencia en barrica –bien de robles francés o americano--, permanencia en botella, dependiendo de la clase de vino y calidad.
Por último, se nos dio a probar el vino espumante que elabora esta empresa, en sus diferentes variedades, que pueden consultarse en su web (http://www.bocopa.com/), sorprendiéndonos en cierta manera que hasta el espumante denominado brutofrecía un tono dulce.
Más adelante, ya en la exposición/tienda, se nos dio a degustar vino del que comercializa la bodega, dy prestamos especial atención a los de la gama “Laudum”, y al Fondillón (espléndido vino dulce generoso, de vejez superior a veinte años), aunque sin desdeñar las mistelas y los conocidos vinos blancos “Marina Alta”.
En conjunto, la visita y degustación resultaron interesantes y son recomendables, especialmente si, como es de esperar, las distinguidas damas que atienden estas visitas retocan algunos detalles de atención al visitante, que ya les hemos comentado en privado.
Y, bueno, tras la cata o degustación de vinos, los fluidos gástricos habíanse despertado, de manera que nos desplazamos a la cercana Elda, donde encontramos un restaurante no demasiado selecto, en el que pese a todo pudimos comer un menú razonable y algo carillo, regado, ¡cómo no! con vino tinto “Alcant”, de bodegas Bocopa.
El día no podía darse todavía por concluido, y menos la excursión, por lo que, tras un poco de relajación, por la A-31 llegamos hasta Villena y poco después nos desviamos por la comarcal Villena-Ontinyent, en la que aprovechamos el paso por Bocairent para estirar las piernas en
una pequeña caminata hasta la entrada de Les Covetes dels Moros, contemplando la espléndido vista de la Ermita del Cristo, allá en lo alto, y gozando más tarde de un “cremaet” que preparó en la plaza mayor el atento regente de la cafetería “Jijonenca”.
Iba cayendo la tarde, por lo que, por las muchas curvas de la carretera en dirección a Ontinyent, llegamos a la otrora ciudad de las mantas, y enlazamos de retorno con la A-7, que nos dejó en Valencia ya anochecido.
Había resultado una jornada distraída de enoturismo y convivencia, que nos conjuramos a repetir dentro de poco tiempo.
Lo recomendamos, porque vale la pena.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA