La ausencia de Pedro Sánchez del funeral de Estado en memoria de las víctimas de la pandemia no está exenta de rancios ribetes anticlericales. Quizá el presidente del Gobierno ha considerado, en un alarde de confusionismo, que su presencia en una catedral es incompatible con el carácter aconfesional del Estado. Pero no solo es compatible sino aconsejable, pues la mayor parte de los españoles se confiesan católicos -por creencias, costumbres y cultura- y encuentran en el cristianismo amparo y consuelo en los difíciles momentos de la muerte. El papel del presidente en estos actos es simbólico, no religioso. No se entiende que los Reyes asistan y el presidente se busque un subterfugio para no ir.Sánchez reincide en desdeñar a todas las víctimas del Covid -tanto a las que eran católicas como a las que no- con su calculada ausencia en la misa funeral que en su memoria ofrecieron ayer en la catedral de La Almudena el cardenal Carlos Osoro junto a otros obispos, como el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, y miembros de otras confesiones religiosas. El acto estuvo presidido por los Reyes y las Infantas, sin que por ello, como ha ocurrido innumerables veces, se haya puesto en cuestión la aconfesionalidad del Estado.Para excusar su ausencia, Sánchez improvisó un viaje exprés ayer a Lisboa -que no estaba previsto en su
Ha habido algún irredento forofo del Sánchez, que ha querido justificar la ausencia basándose en que se trataba de una celebración religiosa, que el estado español es aconfesional y laico, y que ya hay previsto otro acto en homenaje a esas víctimas. Vano intento, porque a estas alturas ya no cabe duda de que ese cara dura del presidente lo único que busca es significarse como anti los valores morales y religiosos tradicionales , absorbido sin duda por la dependencia ineludible que tiene de los comunistas rompedores que dicen ser los de “Unidas Podemos”, y que más bien parecen querer la desunión conseguir algo. Pedro Sánchez está agarrándose al clavo ardiendo del “melena”, cínico donde los haya, doctrinario rompedor a lo chavista, y convenenciero total, que parece haber bautizado en política a “el Sánchez” con el aura morada de sus partido e ideología. Es una paradoja que mientras la ciudadanía, creyentes o no, celebraba con el morado el recuerdo y homenaje de los muertos, el que debiera liderar, se reviste del mismo morado para disimular su huida de aquello en lo que se le pueda tachar de abierto, liberal, condescendiente, democrático…
Si es que el mismo Dios no huye, espantado por tantas mentiras, falsedades, disfunciones y extremismos iconoclastas. ¡Me duele en el alma esta España nuestra!“Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra”.- Homero (VIII AC-VIII AC) Poeta y rapsoda griegoSALVADOR DE PEDRO BUENDÍA