La repetición de los comicios ha devuelto la vida al bipartidismo, hasta el extremo de que el 26-J reconoce la victoria holgada de RajoyEl fracaso de Pablo Iglesias en la ambición del sorpasso y el embarazoso retroceso de Ciudadanos demuestra que las fuerzas del cambio han perdido su batalla contra los partidos tradicionales en apenas seis meses de retórica y de expectativa.La repetición de los comicios ha devuelto la vida al bipartidismo, hasta el extremo de que el 26-J reconoce la victoria holgada de Mariano Rajoy y otorga a Pedro Sánchez el derecho a perseverar como timonel del Partido Socialista.El problema es que semejantes evidencias no aportan claridad al conflicto de la investidura. Los números no alcanzan a una coalición de izquierdas. Y la tercera victoria consecutiva de Rajoy le ha dado razones para aferrarse a la Moncloa. Más aún considerando que la ventaja sobre el PSOE redondea los 52 diputados o teniendo en cuenta la mayoría absoluta de los populares en el Senado.El bipartidismo ha ganado las elecciones, el bipartidismo tiene que resolver el galimatías de la investidura. La forma menos traumática se antoja la abstención de los socialistas. Sánchez asumiría el liderazgo de la oposición. Un papel ingrato si no fuera porque Iglesias pensaba arrebatárselo. Y porque le
Y el mapa de España, como la muñequita de la canción, “vestido de azul”.Con perdón de ilusos y de los amantes de lo utópico, que siguen abundando.“La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás”.- Winston Churchill (1874-1965) Político británico.SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA