Esta españa nuestra: turismo vacacional 2015 con experiencias fluviales.- duero, sil y miño. iii.- del duero a las tierras de trives

Por Salpebu
La Comarca de Tierra de Trives (Comarca da Terra de Trives oficialmente y en gallego) está situada en la provincia de Orense, linda al norte con la provincia de Lugo, Comarca de Quiroga, encontrándose el resto de sus límites en la provincia de Orense: al este, con la de comarca de Valdeorras, al sur con la de Viana y Verín y al este con la de Tierra de CaldelasMunicipiosPertenecen a la comarca los siguientes municipios: Chandreja de Queija, Manzaneda, Puebla de Trives y San Juan del Río. En el siglo XIX formó parte de la desaparecida provincia del VierzoLa Gastronomía de la provincia de OrenseEs la única provincia gallega de interior, es decir que no posee costa. Orense es tierra de producción de vino. Su cocina es más labriega que marinera, aparecen platos como el pote gallego. La cocina de Orense posee intercambios con la provincia de Zamora, siendo ambas similares en las fronteras de ambas provincias.HistoriaAparece reflejada Orense en Alfonso X el Sabio como Ourens del bon vino. La Auria romana según los destacamentos romanos legados a estos lugares de la provincia.IngredientesDentro de los productos lácteos se encuentran la quesada de la reina. Las castañas son un plato popular, con ellas se elabora el caldo de castañas en los días de invierno. Es típica la empanada gallega que en cada provincia se elabora con el relleno característico del ingrediente más popular de cada provincia gallega. CarnesAl ser provincia de interior se practica la matanza del cerdo. Uno de los productos más conocidos en la provincia es la androlla que consiste en un embutido elaborado a base de costilla de cerdoadobada y curada al humo de las tradicionales lareiras, que cada año es homenajeada y festejada el domingo de Carnaval. Hay preparaciones de matanza como las filloas de matanza, la de sopa de nueces, la miolada que es un cocido del espinazo y la cabeza de cerdoadobados. El cordero se elabora siguiendo un estilo propio: pierna de cordero a la orensana es decir guisado con verduras. En el terreno de la caza menor se tienen las populares perdices con col. Pescados y MariscosAl ser una provincia de interior el número de platos de pescado y marisco no es tan extendido como en otras provincias costeras gallegas. A pesar de ello uno de los platos, más conocidos es el "Polbo a feira" (Pulpo á feira), cada año el segundo domingo de agosto, de manera ininterrumpida desde el año 1964 se celebra la Fiesta del pulpo en municipios orensanos como CarballinoReposteríaEntre las especialidades reposteras de la provincia se encuentran las almendrados de Allariz (amendoadosen idioma gallego) que son uno de los postres más famosos. Los almendrados son una mezcla de almendra molida, mezclada con azúcar y clara de huevo. Cuando está sólida la masa resultante se coloca troceada encima de unas obleas y se lleva al horno. Este es el postre más inequívoco del municipio, que en otro tiempo tuvo muchos almendros. Uno de los postres típicos son las cañas de Carballino, es una masa de pastelería estirada y cortada en cintas, que se va enrollando en la caña de río, se fríen en una sartén con mucho aceite, para después rellenar con crema pastelera. Hoy forma parte de la producción diaria de cualquier pastelería orensana, pero las más prestigiosas son las de una familia de la localidad de Carballino, por ello incorporaron el nombre de la villa del Arenteiro. Son conocidas igualmente la fruta real, las roscas de cazo de Allariz. Tampoco hay que olvidar la conocida como bica blanca, que presenta la particularidad de ser elaborada sólo con claras de huevo (de ahí su apelativo de blanca) junto con harina, azúcar y nata, todo ello mezclado y amasado con maestría, y tras pasar una media hora en el horno, da como resultado un postre delicioso a cualquier paladar. En carnaval son típicas también las orejas de carnaval hechas a base de harina, aceite de oliva, leche y huevos.VinosEn Ourense existen cuatro denominaciones de origen: Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra y Monterrei.(De Wikipedia y otras fuentes)Tras los gozos en el viaje fluvial por las Arribes del Duero había que cubrir la siguiente etapa que nos conduciría al destino principal de nuestro viaje: Manzaneda, en tierra de Trives, Ourense.

Fermoselle

Nos dirigimos desde Corporario (pedanía de Aldeadávila) hacia Fermoselle, por carreteras locales en apreciable estado de conservación, aunque bastante quebradas, y tras pasar el río Tormes (importante afluente del Duero) y que permite en las proximidades un gran pantano, alcanzamos la fronteriza e histórica Fermoselle, con un interesante casco antiguo y unas pintorescas bodegas en cuevas.En la carretera comarcal CL-527, que llega desde Zamora y culmina en la próxima frontera portuguesa, hallamos una venta o mesón en el cruce de Gename, en el que comimos un menú bastante razonable, con entrantes normales y buenas carnes; y seguimos hasta Zamora, para cruzarla y tomar lacarretera N-630 en dirección norte, pasar sobre el pantano de Ribacayo (río Esla) y desviar por la N-631 ya en dirección N-625, enlace en Mombuey.  Desechamos las autovías paralelas a nuestro recorrido para gozar mejor del paisaje, especialmente del cercano a la sierra de la Culebra, comprobando al mismo tiempo que la plataforma para el AVE a Galicia, por Zamora, está acabada, pero sin tendido de vías ni catenarias. 

Puebla de Sanabria

Al llegar a Puebla de Sanabria nos adentramos en el casco antiguo pero desistimos de una visita más detenida porque la zona era absolutamente peatonal y el calor de la media tarde no aconsejaba grandes esfuerzos,Desde Puebla de Sanabria decidimos continuar con la N-525 y evitar la autovía, por aquello de circular con más sosiego, y de esta manera circulamos por el túnel del Padornelo y más tarde por el puerto y túnel de La Canda, accediendo así a Galicia. A los pocos kilómetros comenzó a aparecer algo más de verde, aunque no demasiado, porque la sequedad del estío se notaba bastante.En pocos kilómetros la N-525 nos dejó en A Gudiña, un pueblo de la comarca de Viana do Bolo del que parte la carretera autonómica OU-533 en dirección a A Rua, en el norte, comarca de Valdeorras. Y seguimos por esa ruta hasta que nos apareció un indicador de “Manzaneda”, que elegimos con satisfacción, imaginando la proximidad de nuestro destino en este día. Pero nuestro gozo se hundió en el pozo de una via (ni siquiera carretera) local llena de baches, con más curvas que un ocho, y que por la falda de una montaña descendía hasta el río Bibei, al fondo, alcanzando la presa de Vao para volver a ser un tormento el ascenso de otra ladera montañosa hasta situarnos en Placín y finamente por Seoane entrar en la villa de Manzaneda. Sin problemas llegamos a la zona o parroquia de Rozavales, en la que el Pazo da Pena nos esperaba para albergarnos durante una semana. El Pazo nos impresionó desde el primer momento por sus dimensiones y calidades (aunque ello será objeto de otra crónica) y en cuanto llegamos los buenos oficios de Isabel, la recepcionista y encargada, nos permitieron llegar a nuestra habituación, en la zona este, llamada “A Vendimia” (cada una de las quince habitaciones tiene una denominación referida a la agricultura), en la que dejamos nuestro poco equipaje y acudimos al amplio patio posterior al aire libre, en el que se nos obsequió con una sabrosa copa del vino de la variedad ”godello” que se elabora en la amplia propiedad del Pazo,

Pazo da Pena

Y al fresco del ocaso, respirando aromas mil de árboles centenarios y plantas del entorno, mantuvimos una agradable charla con varias personas que hallamos en la terraza posterior (coincidencia que varias eran propietarias del Pazo), con quienes conversamos amigablemente sobre Galicia, Portugal y varios temas más, hasta que cerca de la medianoche partieron hacia su residencia en Santiago de Compostela. Momento propicio para que por nuestra parte partiéramos también, pero hacia nuestra magnífica habitación, en la que una suave lencería de lino nos acogió en el descanso. Ya estábamos en las tierras de Trives y esperábamos conocerlas y encontrarnos felices en ellas. SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA