Precisamente, la abundancia de plantas aromáticas como el romero, el tomillo, el espliego y la lavanda hacen posible la apiculturade la que resulta la miel de la Alcarria. Otros productos dados en la comarca son el corderode raza alcarreña, el aceite de la Alcarria y los vinos de denominación de origen de Mondéjar y Sacedón y Arganda.
El paisaje antropogenizadode la Alcarria ha sido marco contextual de célebres varias obras literarias, entre las que destaca fundamentalmente Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela.
Etimología
El nombre de alcarriaproviene del árabe andalusí y los arabistas
Extensión y límites
Al tratarse de una comarca natural, no hay una claridad sobre los límites geográficos de la Alcarria en su parte nordeste y oriental, donde enlaza con la sierra Ministra y las parameras de Molina. De norte a oeste sí está delimitada en el polígono formado por los ríos Henares, Jarama y Tajo, como límite geológico y morfológico del páramo de la Alcarria.
Habitualmente se distinguen varias zonas dentro de la propia comarca de la Alcarria dependiendo de cada una de las provincias donde se extiende. Así, en la provincia de Guadalajara, donde la
Caracenilla
Alcarria tiene mayor extensión, se distingue entre la Alcarria Alta, en la zona más septentrional, en la orilla derecha del río Tajuña, donde el páramo alcarreño alcanza su mayor altitud, y la Alcarria Baja, en la zona más meridional, en la orilla izquierda del Tajuña y en torno a la vega del Tajo. También en la Comunidad de Madrid el Tajuña sirve de separación entre los páramos de la Alcarria de Alcalá, al norte, y de la Alcarria de Chinchón, al sur. En la parte más meridional, desde la margen izquierda de los ríos Tajo y Guadiela, se habla de la Alcarria conquense por extenderse en la provincia de Cuenca(De Wikipedia y otras fuentes)
LA ALCARRIA CONQUENSE
Municipios Población (2011)
Huete 2.004 hab.
Priego 1.133 hab.
Barajas de Melo 1.086 hab.
Villalba del Rey 613 hab.
Torrejoncillo del Rey 541 hab.
La Alcarria Conquense se sitúa en el extremo noroccidental de la provincia de Cuenca. La diversidad paisajística, su riqueza patrimonial, gastronómica, artesanal y la oferta recreativa, convierten a la comarca en un lugar digno de ser visitado, en el que se puede disfrutar de sus tradiciones y de la sencillez y hospitalidad
La Alcarria Conquense posee un espacio fragmentado debido a la variedad de paisajes, costumbres, cultivos y artesanía, que podemos encontrar en ella. Este es el motivo por el que la cuenca cerealista del Río Gigüela, las estribaciones montañosas de la Sierra de Altamira, las extensiones de girasol del Valle del Río Mayor o del Guadamejud, las Alcarrias del centro de la comarca, las zonas mimbreras de la Vega del Trabaque, los campos de olivares de la Hoya del Infantado o el impresionante Estrecho de Priego, constituyen la esencia de un territorio diverso y único como es el de nuestra comarca.
(Del blog “la Alcarria conquense”)
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Productos de la Tierra
La gastronomía popular de la Alcarria Conquense es sencilla, honrada, fuerte y auténtica, como corresponde a la forma de vivir de sus gentes. Platos contundentes de la tierra, elaborados por tradición
La miel
para degustar con buen gusto.Departir entre figones compartiendo mesa y mantel, una de las mejores maneras de entender lo auténtico de cada lugar.
El mimo y cariño de su preparación ennoblece a la cocina, los ingredientes, sabiamente utilizados, proceden de una tierra de contrastes, de colores y sabores autóctonos, la tierra de la Alcarria Conquense.
Gachas, caldereta, matahambre, cochifrito, migas de patata, cordero a la miel o zarajos, son algunos de los numerosos platos de una variada gastronomía.
Deliciosos postres como torrijas, flores, garabatas, dormidos o piñas, dejarán un sabor dulce en el paladar del visitante, invitándole a repetir esta exquisita experiencia.
( De Internet y otras fuentes)
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Caracenilla es una pedanía del municipio español de Huete, en la
Ermita
provincia de Cuenca. Se encuentra situado a 12 km del núcleo principal del municipio y cuenta con 60 habitantes. Se encuentra situado en la ladera de un pequeño monte, en el valle del río Mayor.Se cree que Caracenilla surgió a principios del siglo XIII. Según se cuenta, fue fundada por lugareños de Caracena(Soria) que participaron en la reconquista de España y se asentaron en la actual Caracenilla, de ahí su nombre.
Como Patrimonio histórico-artístico destacan la iglesia de San José y de Santo Domingo de Silos, del siglo XVIII, construida por Juan de Toca (iglesia neoclásica con planta de cruz latina con cúpula y cimborrio) y la ermita de la Inmaculada Concepción, de principios del siglo XIX (neoclásica con planta de cruz latina, cúpula y bóveda de medio cañón)
(De Wikipedia)
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La Casa del Canónigo (Siglo XVII), catalogada como Patrimonio Histórico por la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, está al lado de la antigua Iglesia románica del pueblo de Caracenilla.
(De Wikipedia)
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Y es que la Katia se dignó ofrecernos y regalarnos a su madre y a mí mismo una estancia de fin de semana en un hotel con encanto que ella ya conocía en Caracenilla (Cuenca), llamado “La Casa del Canónigo”.
Cuando recibimos el regalo, en esa forma de marketing tan actual que es el “bono regalo”, poco nos faltó para decirle a nuestra hija que
Pero preferimos informarnos de forma más completa y aquellos tenues deseos de reproche fueron trocándose en interés y agradecimiento por el obsequio y la sugerencia, no ya por el hotelito elegido, que semejaba muy completo y bien dotado, sino por lo adecuada que parecía la zona para una escapada, especialmente porque era desconocida para nosotros.
Y así, después de almorzar en nuestro domicilio y descansar algo, que nuestras edades ya demandan una sosegada digestión, tomamos nuestro automóvil híbrido y la autovía A-3 en dirección Madrid, que nos brindó una cómoda ruta hasta llegar a Minglanilla, población ya de la provincia de Cuenca en la que nos desviamos a la carretera autonómica CM-211, con buen trazado y firme en condiciones correctas, que, casi en solitario, recorrimos hasta llegar a Almodóvar del Pinar, punto de intersección con la carretera N-320, que asciende desde Motilla del Palancar y, pasando el puerto de la Tórdiga, llega hasta Cuenca, bordeándola, para continuar hacia Guadalajara.
En la capital conquense nos desviamos por la autovía A-40, durante unos veinte kilómetros, hasta la salida a la carretera comarca CM-2019, que indica la dirección a Huete.
Ya había anochecido, pero los escasos treinta kilómetros que nos faltaban, los recorrimos sin más incidencia (que no fue tal) que una fina llovizna, hasta vislumbrar a nuestra derecha, en un altozano, como una especie de castillo, iglesia o monumento, muy iluminado en tonos ocre/anaranjados, que luego supimos es la ermita de Caracenilla.
La casa, en la parte más llamativa o pintada en ese rojo/burdeos, se presentaba en el chaflán a una calleja, pero el acceso era por una puerta o portón desde la misma carretera, junto a la cual diversos distintivos de organizaciones hosteleras, como Top Rural, Select Hoteles, Turismo Rural, y algunos más denotaban el destino del edificio.
En cuanto accedimos a la casa apreciamos, primero, una amabilísima acogida por parte de una solícita propietaria, que inclusive se brindó a llevarnos nuestro escaso equipaje, y un detallismo en la decoración, entre clásico y rústico, que parecían anunciar lo que era el resto de la casa-hotel.
Ya habíamos llegado después de unos tranquilos 240 kilómetros, recorridos en alrededor de dos horas con toda comodidad, y después de los trámites de registro (parece que ahora los regentes de establecimientos hosteleros han de comunicar a una web de la Guardia Civil o de la Policía, los datos identificativos de los clientes), accedimos a nuestra habitación, en la tercera planta, que presentaba
Eran poco menos de las ocho de la tarde, y se imponía una visita a la aldea, que no otra cosa era y es la población, en la que, si no contamos mal, había unas nueve calles y dos plazas, la principal llamada de la Constitución, con dos bares recayentes a la misma (¡cómo en España un poblado sin bares!), y comprobamos que había rótulos y reclamos de albergues o alojamientos rurales en varias puertas cerradas.
La fina llovizna fue tornándose fría y ello nos empujó a retornar al calor de la Casa del Canónigo, en uno de suyos salones tomamos un vino de la tierra (más delante comentaré al respecto), para esperar hasta la hora de la cena, que en nuestro caso fue muy frugal, con una ensalada y unos huevos con patatas.
Era un viernes, y después de una semana laboral, y por la relajación que el propio ambiente imponía, pese a lo agradable que resultaba el
Hasta nos permitimos bromear, antes de que Morfeo se ocupara de tomarnos en su brazos, que en esta Casa se debería de morar confortablemente, ya que por algo existe la expresión de “vivir como un canónigo”.
Había comenzado nuestra escapada a la Alcarria conquense.
SALVADOR DE PEDRO BUENDÍA