JESÚS SUDA SANGRE EN EL HUERTO
Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. Lucas 22:44La descripción que nos da el evangelio de Lucas no es un lenguaje poético sino una condición medica llamada «Hematidrosis». Esta condición no es muy común, pero puede presentarse en personas que sufren un altísimo grado de sufrimiento psicológico.La sangre rezuma normalmente de la frente, uña, ombligo, y otras superficies de la piel. Además, son comunes pérdidas de las superficies mucosas que origina hemorragias nasales, lágrimas con sangre y menstruación subsidiaria. Los episodios suelen estar precedidos por intensos dolores de cabeza y dolor abdominal y normalmente son autolimitantes. En algunos casos, el fluido secretado es más diluido y parece estar matizado con sangre, mientras que en otros pueden tener secreciones rojo brillante más oscuras que parecen sangre.LA FLAGELACIÓN DE JESÚS CON LOS LATIGAZOSLa Ley Mosaica permitía que se golpeara a alguien con un palo o una vara, y los jueces determinaban la cantidad de azotes de acuerdo con el delito. Pero a manera de mostrar compasión, el castigo se restringía a 40 azotes, y los judíos lo reducían a 39 para no dar por error más azotes de los que legalmente se permitían. Deuteronomio 25:1-3Las leyes judías, “sólo” permitían un máximo de 39 latigazos, y como querían un castigo ejemplar contra Jesús, este trabajo pasó a manos de los romanos, donde no existían límites. El látigo que se empleó para golpearle fue el “flagrum” o “flagelum“.La espalda quedaba tan desgarrada que la espina dorsal a veces quedaba expuesta debido a los cortes tan profundos. Los latigazos iban desde los hombros pasando por la espalda, las nalgas, y las piernas. Mientras continuaba la flagelación, las laceraciones rasgaban hasta los músculos y producían jirones temblorosos de carne sangrante. Las venas de la víctima quedaban al descubierto y los mismos músculos, tendones y las entrañas quedaban abiertos y expuestos.La víctima podía experimentar un dolor tan grande que le llevase a una conmoción Hipovulémica. Hipo significa "bajo, Vol se refiere a volumen y Émica significa "sangre", por lo tanto, conmoción Hipovolémica quiere decir que la persona sufre efectos de la pérdida de una gran cantidad de sangre. Esto causa 4 efectos:
- El corazón se acelera para tratar de bombear sangre que no existe.
- Baja la presión sanguínea, lo que provoca un desmayo o colapso.
- Los riñones dejan de producir orina para mantener el volumen restante.
- La persona comienza a sentirse sedienta porque el cuerpo ansía fluidos para reponer el volumen de sangre perdido.
El patibulum solía pesar entre 51 kg y 70 kg, y Jesús debió soportar esa carga durante 650 yardas, (594 metros), entre la fortaleza Antonia hasta el Gólgota. En el patibulum, se colocaba un letrero pequeño (llamado “titulus“), donde se inscribía el crimen y delito de la víctima. Seguramente fue este letrero clavado arriba de la cruz, la causa de que la cruz tuviera ese aspecto de “cruz latina” que todos han creído fue la forma original de la cruz. En la versión de los evangelios de Marcos y Lucas, se dice que en el letrero se podía leer: «El rey de los judíos». En el Evangelio de Mateo se dice que ponía: “Este es Jesús el rey de los judíos”, y en el Evangelio de Juan se dice: “Jesús el Nazareno el rey de los judíos», que en latín es «Iesus Nazarenus Rex Iudæorum» (las siglas INRI típicas del arte cristiano).
Después de arreglárselas para exhalar, la persona podría relajarse y descender para inhalar otra bocanada de aire. Nuevamente tendría que empujarse hacia arriba para exhalar raspando su espalda ensangrentada contra la madera áspera de la cruz. Este proceso continuaba hasta que la persona ya no pudiera empujarse hacia arriba para respirar. Entonces moría. Jesús aguantó esa situación por poco más de 3 horas.LA MUERTE DE JESÚSA medida que la persona reduce el ritmo respiratorio, entra en lo que se denomina acidosis respiratoria: el dióxido de carbono de la sangre se disuelve como ácido carbónico lo cual causa que aumente la acidez de la sangre. Finalmente eso lleva a un pulso irregular. De hecho al sentir que su corazón latía en forma errática, Jesús se hubiera dado cuenta de que estaba a punto de morir, y es entonces que pudo decir: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" y luego murió de un paro cardíaco.Incluso antes de morir la conmoción hipovolémica debe haber causado un ritmo cardíaco acelerado sostenido que debe haber contribuido al paro cardíaco, lo cual dio por resultado la acumulación de fluido en la membrana que rodea al corazón llamada efusión pericárdica, al igual que alrededor de los pulmones, llamada efusión pleural.Los soldados le ofrecieron de beber una especie de vino mezclado con mirra, una mezcla analgésica suave que rehúsa a tomar (Marcos 15:23). En el Antiguo Testamento, en Proverbios, se puede leer “Dad bebidas alcohólicas al que va a morir, y vino al amargado, para que así olviden sus miserias y no se acuerden de sus desgracias”. Que Jesús rechazara ese vino, fue el gesto que ha provocado que esté prohibido beber alcohol en muchos círculos religiosos, contradiciendo al Antiguo Testamento que sí lo permite.
La segunda vez los soldados dieron a Jesús de beber de una vasija llena de vinagre. Sujetaron una esponja a una rama de hisopo empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Esta bebida, hecha de miel, claras de huevo y esencias de diferentes hierbas, servía para que las heridas dolieran aún más y apurar la muerte del reo. Por este motivo estaba ahí, para hacer que los que estaban crucificados murieran más rápidamente, no era una bebida consoladora que apaciguara el sufrimiento. Cuando alzan la rama hacia la boca de Jesús, vuelve a despreciarlo.Jesús ya era consciente que le quedaba muy poco tiempo, que su cuerpo ya no resistiría más, que todo había terminado. En ese instante dijo: “אבא לידיים שלך מביא רוחי” (en arameo), en latín “Pater in manus tuas commendo spiritum meum” (Lucas 23:46), que significa “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu“, conocido como el “Septem Verba” (La séptima frase de las Siete que pronunció Jesús en la cruz). Esta es la última frase que Jesús pronunció en vida, y se interpreta como un ejemplo de la confianza que debe tener un cristiano ante la entrada en el mundo espiritual, lo que se conoce como las postrimerías. Existen cuatro postrimerías que son: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria.En ese instante, Jesús murió a consecuencia de un fallo cardíaco, debido a la acumulación de fluido en la membrana que rodea al corazón, llamada efusión pericárdica, al igual que alrededor de los pulmones, llamada efusión pleural.EL TRASPASO DE SU CORAZÓNPara acelerar la muerte, los soldados quebraban las piernas de los crucificados, utilizando para ello una lanza romana para despedazar los huesos de la parte inferior de las piernas. Eso evitaba que la persona empujara hacia arriba con las piernas para poder respirar así que la muerte les seguía en cuestión de minutos.En el Nuevo Testamento se nos dice que los huesos de Jesús no fueron quebrados como ocurrió con los otros crucificados. Esto fue así porque los soldados habían confirmado que Jesús había muerto; así se cumplió la profecía del Antiguo Testamento acerca del Mesías donde se dice que ninguno de sus huesos sería quebrado. Pero el soldado romano para confirmar la muerte de Jesús le clavó la lanza en su costado derecho. La lanza atravesó el pulmón derecho y penetró el corazón. Por lo tanto, cuando se sacó la lanza, salió fluido claro, como el agua, seguido de un gran volumen de sangre, tal como lo describe Juan, uno de los testigos oculares, en su Evangelio.