El primer engaño que nos colaron allá en el año 1996, cuando el que fuera ministro de Industria Josep Piqué Camps, nos vendió que para que la energía básica que consumíamos los ciudadanos fuera más competitiva, se solucionaba liberalizando dicho sector, para así las compañías (oligopolio) pudieran ofrecer al consumidor mejores precios.
Ocurrió lo que ocurre en sectores básicos en manos privadas, que esa 'competitividad' se transforma en mayor saqueo al consumidor final, que no lo olvidemos al ser una compañía privada, lo único que les importa es obtener el mayor beneficio para sus socios y consejeros.
No podemos olvidar que una factura de energía, sea de la luz o sea del gas o de ambas, el un papel que nos envían todos los meses, todos los costes los pagamos los consumidores, todos y ahí van -lo que en el programa de La Sexta de Jordi Évole- le contaba el presidente de la patronal del sector Unesa, tanto de los costes políticos y los que no son políticos.
Verdad como la copa de un pino, sin lugar a dudas que pagamos los dos costes.Por curiosidad, mira la última factura de la luz y verás que bien están detalladas esas dos partidas las políticas y las no políticas.
Una vez revisada ¿verdad que pagamos todos los costes? Todos, los políticos y los no políticos.
¿Cuántos millones de euros han ingresado las compañías por incremento del precio total de la luz desde que se inició la crisis? Pues nada más y nada menos que la friolera de 21.600 millones de euros.
Esto sí, está muy claro.